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WhatsApp cumple 14 años: La historia de la app que se traicionó a si misma y sus fundadores abandonaron

La aplicación de mensajería más usada del mundo ha recorrido un largo camino desde que Jan Koum viera el potencial de las apps tras comprarse un iPhone 3G en 2009

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Sin anuncios, sin juegos, sin trucos”. Este fue el lema que sostuvo la filosofía de WhatsApp desde sus comienzos en 2009 hasta que sus fundadores, Jan Koum y Brian Acton, abandonaron la compañía en 2018 por diferencias con Mark Zuckerberg, quien había adquirido la aplicación en 2014. Por el camino, una app que en sus inicios funcionaba mal y a nadie parecía interesarle demasiado terminó por enterrar a los SMS y toda una era de la telefonía con ellos, se convirtió en una de las más usadas del mundo y sus fundadores ganaron fortunas increíbles para terminar abandonando la compañía al no poder mantenerse fieles a su antiguo lema.

Los prolegómenos de la historia de WhatsApp arrancan bastante antes que el 24 de febrero de 2009, año en el que se fundó la compañía WhastApp Inc. Jan Koum, nacido en Ucrania, llegó a Estados Unidos en 1992 con tan solo 16 años en compañía de su madre y de su abuela. Su padre no pudo abandonar el país y fallecería en 1997. Interesado desde muy joven en los ordenadores y la programación, comenzó a estudiar Matemáticas y Ciencias de la Computación en la Universidad Estatal de San José, pero la abandonó al conseguir un trabajo en Yahoo! en 1997. Allí conocería al segundo actor de esta historia, Brian Acton.

Acton, estadounidense, era un programador y el empleado número 44 contratado por Yahoo! Los dos trabajaron juntos en la compañía durante una década hasta que en 2007 decidieron abandonar Yahoo! y tomarse un año sabático. En 2008 intentaron entrar en Facebook, sin éxito, pero poco después sus vidas dieron un vuelco aunque no sería conscientes de ellos hasta un tiempo después.

Koum compró aquel año un iPhone 3G, la segunda versión del dispositivo lanzado en 2007 y la primera con la App Store, y quedó maravillado con el potencial que ofrecía la industria de las aplicaciones para móviles. Su idea era crear una app que mostrará el estado de cada contacto de la agenda del teléfono junto al nombre, muy alejado de lo que terminaría siendo WhatsApp. De esta forma un usuario podía indicar un motivo si no podía coger una llamada: que se encontraba trabajando o en el gimnasio, por ejemplo.

Brian Acton y Jan Koum.
Brian Acton y Jan Koum. WhatsApp.

Una app que funciona mal

El nombre lo idearon como una contracción entre la expresión whats´s up (¿qué pasa? o ¿qué tal?) y App. Entraron en contacto con Alex Fishman y este les presentó al programador ruso Igor Solomennikov que se encargaría de la primera versión de la app para iOS.

Esta primera versión de WhatsApp apareció en la App Store en enero de 2009, semanas antes de constituir la empresa WhatsApp Inc. Presentaba una serie de problemas evidentes como bloqueos frecuentes, un elevado consumo de batería y tuvo pocas descargas. Koum estaba a punto de tirar la toalla, pero Acton le aconsejó “serías un idiota si abandonas ahora. Dale unos meses”.

El iPhone salva a WhatsApp

En junio de 2009 Apple incorporó a iOS las notificaciones push y Koum decidió aprovechar la nueva funcionalidad para que WhatsApp enviara notificaciones a los contactos para informarles de un cambio de estado. Este fue el momento clave, junto a la capacidad que daba la app para mostrar cualquier estado que el usuario escribiera, que llevóa que 14 años después más de 2.000 millones de personas tengan la app en sus teléfonos.

Los usuarios empezaron a usar WhatsApp como si fuera una aplicación de mensajería sin haber sido diseñada para ese fin. Cambiaban el estado y la notificación llegaba al resto de contactos con WhatsApp inmediatamente. Al notar el interés de los usuarios, reenfocaron la aplicación hacia el intercambio de mensajes.

WhatsApp 2.0

WhatsApp 2.0 llegó en agosto de 2009 y en pocos meses tenía un cuarto de millón de usuarios. No era la primera aplicación de mensajería que amenazaba con hacer pasar al olvido los SMS, pero sí la más accesible. BBM era exclusiva de BlackBerry y G-Talk o Skype requerían compartir un identificador propio mientras que WhatsApp solo tenía que sincronizarse con la agenda del teléfono.

A partir de ese momento, las cosas fueron muy rápidas para WhatsApp. La versión para Android llegó en 2010 y la app fue creciendo en funcionalidades. Para finales de 2009 ya permitía compartir fotos y vídeo, los grupos llegaron en 2011, los mensajes de voz en 2013 y el doble check azul en 2014 mientras seguía aumentando su base de usuarios sin parar.

Mark Zuckerberg compra WhatsApp

En 2014, cambia la historia de WhatsApp. El tercer actor de esta historia, Mark Zuckerberg, compra la compañía y se convierte en el propietario de tres de las principales redes sociales: Facebook, Instagram y WhatsApp. El precio: 12.000 millones en acciones de Facebook, 4.000 millones en dinero contante y sonante y otros 3.000 millones en acciones para los trabajadores y fundadores de la compañía. En total, 19.000 millones de dólares que hicieron inmensamente ricos a Koum y Acton.

El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg
El CEO de Facebook, Mark Zuckerberglarazon

“Vendí la privacidad de mis usuarios a un beneficio mayor. Hice una elección y un compromiso. Y vivo con eso cada día”, se lamentaba el año pasado Acton en una entrevista con Forbes. El enfoque en la privacidad de los fundadores que se negaban a tener publicidad en la plataforma y monetizar los datos de los usuarios estaba destinado a chocar con los planes de quien había construido un imperio tecnológico de esa manera, aunque todo fueran buenas palabras al principio.

“Cero presión”

Acton y Koum se mantuvieron al frente de WhatsApp y, en teoría, con bastante independencia frente a la dirección que Zuckerberg quería para Facebook e Instagram. Este les aseguró que WhatsApp tendría “cero presión” para monetizarse en los primeros cinco años y la app continuó ganando usuarios y funcionalidades.

En 2015 incorporó las llamadas de voz y lanzó WhatsApp Web y el cifrado de mensajes mientras que las videollamadas y la compartición de documentos llegaron en 2016. Los estados y la ubicación lo hicieron en 2017.

Entretanto, la compañía había ido ajustando su modelo de negocio. Tras un periodo inicial en el que WhatsApp era gratuito, WhatsApp comenzó a cobrar un dólar por cada año de uso. Este modelo duró hasta 2016 en el que aplicación volvió a ser gratuita para todos los usuarios.

Facebook vincula las cuentas de los usuarios de Facebook y WhatsApp

Para entonces, los fundadores de WhatsApp ya se habían encontrado con el primer cambio de postura de Facebook que había vinculado las cuentas de los usuarios entre WhatsApp y Facebook.

Cuando Acton tuvo que declarar ante la Comisión Europea de la Competencia por el acuerdo de compra en 2014, “me prepararon para explicar que sería muy difícil fusionar o mezclar datos entre los dos sistemas”. Sin embargo, es lo que Facebook hizo año y medio después dejando en muy mal lugar a Acton y Koum. Facebook acabó pagando 122 millones de dólares a la UE por haber dado información incorrecta.

La compañía de Zuckerberg quería ganar dinero con WhatsApp pero algunas de las características de la plataforma y la posición de Acton y Koum sobre los anuncios se lo complicaban.

Según Acton, Facebook quería monetizar WhatsApp por dos vías: mostrando publicidad personalizada en los estados y vendiendo a las empresas herramientas para comunicarse con los usuarios, planteamiento que llevaría al lanzamiento de WhatsApp Business en 2017.

El problema para Facebook del cifrado de extremo a extremo

El cifrado de extremo a extremo impedía a Facebook leer los mensajes y, en consecuencia, usarlos para perfilar a sus usuarios con fines publicitarios. Aunque la compañía nunca expresó planes de eliminar el cifrado, sí estaban buscando formas de ofrecer a las empresas información analítica sobre los usuarios a pesar del mismo.

Acton había propuesto un modelo por el que los usuarios pagaban una cantidad mínima, “una décima parte de un centavo” por el uso de la aplicación, pero esto le parecía insuficiente a Facebook y fue rechazado. Los fundadores de WhatsApp tenían cada vez más claro que lo que ellos querían, una app “sin anuncios, sin juegos, sin trucos” y respetuosa con la privacidad de los usuarios, difería enormemente de lo que quería el actual dueño de la empresa, Zuckerberg.

Cambridge Analytica

En esto contexto llegó el escándalo de Cambridge Analytica en 2018 que puso en cuestión ante el mundo el uso que Facebook daba a los datos de sus usuarios y le supuso una multa de 5.000 millones de dólares. Koum y Acton decidieron abandonar la compañía ese año. El primero sin dar demasiadas explicaciones y el segundo echando pestes de Facebook y promoviendo en aquel entonces la campaña #DeleteFacebook.

Desde entonces WhatsApp ha seguido creciendo en usuarios y en funciones mientras que los intentos de monetización de Meta se han concentrado en WhatsApp Business, donde las empresas pueden hacer campañas publicitarias, y periódicamente reviven los rumores de la próxima implementación de anuncios en el WhatsApp estándar que todavía no hemos visto.