LA RAZÓN TV
La profesión que dio voz a los Dothraki
David J. Peterson es «conlanger»: trabajó para «Juego de tronos» como creador del idioma ficticio de la tribu de Khal Drogo
Interpretación, magia, efectos especiales, caracterización, dragones, bestias, leyendas, profecías, batallas, drama, naturaleza, conjuros, caballos, espadas, alas, amor, drama, futurismo... Todos son los cimientos utilizados en la mayoría de piezas de ciencia ficción que se han visto hasta ahora. Hay quienes llaman al conjunto de estos elementos «Sentido de la maravilla», pieza clave para apreciar el sentido de la fantasía y todo aquello que rompe con la realidad. Toda historia que se han visto en libros, películas o series de ciencia ficción tienen, además, una historia: social, cultural, política, espacial y temporal. Y, a veces, un lenguaje inventado. Si bien es cierto que, para que exista un idioma, debe existir en conjunto todo lo anterior, cada vez es más frecuente ver en cintas como «El señor de los anillos» o capítulos como los de «Juego de tronos» idiomas ficticios que responden a la trama que el espectador tiene ante sus ojos. ¿Quién inventó el Dothraki con el que Daenerys se comunicaba con el pueblo de Khal Drogo en «Juego de tronos»? ¿De dónde nace la lingüística que JRR Tolkien utilizó para parte de su trilogía? ¿Son lenguajes completamente inventados o tienen detrás todo un proceso de trabajo y adaptación a las circunstancias donde se desarrolla?
Cuestión de habilidad
Efectivamente, tal y como explica quien inventó tanto el Dothraki como el Valyrio para «Juego de tronos», David J. Peterson, «si lo que quieres es crear una lengua de manera completa sin copiar ninguna que ya exista, debes crear todos y cada uno de los aspectos que la rodean, incluida la cultura». Nació en California y, a sus 38 años, Peterson es un «conlanger». Se trata de una profesión cada vez más enraizada en la realidad y que, a través de diversas habilidades lingüísticas, trata de inventar un lenguaje para las necesidades de una ficción, ya sea en el cine, en la literatura o en un videojuego.
A la hora de crear un lenguaje, confiesa Peterson que «inventar la gramática es la parte más difícil», así como puntualiza que saber hacerlo «es la razón por la que más contratan a un creador de lenguas». Asimismo, un idioma no solo es hablado, sino también escrito, parcela que también dominan los «conlanger». En el caso de «Juego de Tronos», el también escritor y artista del lenguaje explica que «yo no creé ningún sistema de escritura, pero es algo que me gusta bastante hacer». «Sí lo hice para algunas ficciones como para “Defiance”, una serie de Syfy, para “Star-Crossed”, de la cadena estadounidense The CW, así como para algunas películas, como “Bright”, de Netflix». Por su parte, algunos lenguajes inventados incluyen incluso la faceta diacrónica, es decir, que evolucionan en el tiempo. «Continúo trabajando en idiomas durante la ejecución de un “show” y mucho después de que lleguen a su fin», expresa Peterson, «después de todo, los idiomas que creo son míos y me encanta trabajar en ellos, me imagino haciéndolo durante toda mi vida».
Imaginación y disciplina
A la hora de crear el Dothraki y el Valyrio, Peterson explica que no lo inventó desde cero. «Había algunas palabras y frases de Dothraki y de Valyrio en los libros de “Canción de hielo y fuego” de George R. R. Martin», continúa, «las usé como base y después cree los idiomas completos para que los tradujeran en la serie». De esta manera, una vez creados los idiomas que con tanta soltura pronuncia Emilia Clarke (Daenerys Targaryen) en la serie de HBO, «mi trabajo consistía sobre todo en el de un traductor». Es decir, recibía «los guiones escritos en inglés con las frases que tenía que traducir señaladas y después se las enviaba en el idioma que fuera». Asimismo, Peterson también «grababa cada línea en un mp3 y les mandaba el material a un coordinador del guión, quien los distribuía al reparto». Trabajó en las 8 temporadas de «Juego de tronos», 10 años en total, y formó parte de uno de los ingredientes más característicos de la serie: la variedad de familias, culturas y tradiciones que componen la serie.
El «conlanger» es un trabajo que requiere formación, imaginación y disciplina. En el caso de Peterson, confiesa que mucho de lo que sabe «se lo debo a mis profesores de lingüística del pasado». Se licenció en Lingüística en la Universidad de California en 2003. Asimismo, también afirma que ha aprendido bastante gracias «al trabajo de Joan Bybee, así como de haber estudiado otros idiomas en los últimos 20 años». Dicho esto, asegura que «todavía tengo que ver una sola pieza de tecnología que sea capaz de hacer cualquier cosa que se acerque a lo que hace un “conlanger”». «Es como si dijeran que un robot puede jugar al baloncesto», comenta, «LeBron James se sentiría amenazado». Por ello, no le dedica «ni un segundo a pensar en eso», sino a seguir creando lenguajes que dejen marca en el cine y en el público en general. De hecho, entre sus sueños a cumplir está el de «trabajar en el universo de Jim Henson, así como en el de “Airbender: el último guerrero”».
El lenguaje de los Trikru
David J. Peterson también ha aportado su sabiduría «conlanger» para «Los 100». La serie, creada por Jason Rothenberg, también tiene un idioma inventado: el «Trigedasleng», que se traduce como «Lenguaje del bosque». Se trata de un idioma sin sistema escrito y que, en la ficción, es hablado por el clan Trikru.
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