Televisión
Termina una década de revolución seriéfila
Tanto los títulos como los formatos y las formas de consumo de ficciones han vivido grandes cambios y no solo en la pantalla, sino también en el ámbito social y cultural
El tiempo corre a tal velocidad que apenas es perceptible. Sin embargo, no va solo en su trayecto. También los cambios en cualquier ámbito se suceden de una manera casi imperceptible, como si quisieran competir en una carrera de fondo para alcanzar una meta infinita y constantemente renovada. Estamos a punto de cerrar una década en la que este combate ha aumentado de manera impresionante. Da la sensación de que, mientras más avances haya en un año, más progresamos en la historia. Aunque, lógicamente la duración de los segundos, minutos y horas aún es inalterable por el ser humano. Ejemplo de dicho «boom» innovador es el del mundo de la televisión y las series. Desde 2010 hasta ahora, y esperándose con la entrada de año nuevas e interesantes propuestas, las ficciones no solo han sido variadas y exitosas, sino que también han aportado un cambio social y cultural en el día a día.
Debate, controversia y éxito
Durante esta década, han nacido numerosas series que han marcado un punto de inflexión en todos los aspectos. Sobre todo, en el de la cotidianidad. El auge de grandes producciones, sumado al de las plataformas de pago como Netflix, HBO, ATRESplayer PREMIUM o Amazon Prime Video han monopolizado cualquier conversación cultural. ¿Qué serie estás viendo ahora? ¿Me recomiendas alguna? ¿Qué opinas sobre el giro de este personaje? ¿Has visto la nueva temporada de «Juego de Tronos»? Esta última, sin ser las anteriores menos comunes, puede que sea una de las preguntas más planteadas de los últimos años entre los seriéfilos. La serie protagonizada por Emilia Clarke y Kit Harington, entre otros, estrenó su primer episodio en abril de 2011 y, hasta este año, ha ido multiplicando espectadores por capítulo estrenado. Ha creado debate, controversia, incluso decepción en un final con el que este año se dijo adiós –¿para siempre?– a una de las tramas más espectaculares que se recuerdan. Y la misma sensación han producido series como «Breaking Bad», «The Walking Dead», «West World», «Vikingos» o «Peaky Blinders».
Consumo fragmentado
Este tipo de interesantes propuestas han modificado, además, el ámbito de consumo de las mismas. A diferencia de «Juego de Tronos», y en base a la posibilidad que ofrecen las plataformas de ver una serie de golpe, series originales como «House of Cards» y «Orange is the New Black» se pueden ver de una vez, solo, en casa y sin tener por qué esperar siete días entre cada episodio. Pero esto no es solo el caso de series extranjeras, sino también españolas. El mejor ejemplo, el consumo de los capítulos de «La Casa de Papel», que ha batido récords dentro y fuera de nuestro país. Es decir, donde antes la televisión era una experiencia compartida, en 10 años la forma de ver este consumo se ha fragmentado.
De héroe a vulnerable
Como respuesta a la actualidad social y sus movimientos emergentes, las series también han abierto camino a las mujeres. Asimismo, cada vez son más las ficciones que dejan atrás el tópico del «hombre-héroe» para dejar entrar a la vulnerabilidad masculina. En definitiva, el feminismo a flor de piel y en cada vez más proyectos. Tanto en cuanto al aumento de mujeres «showrunners» como respecto al contenido. Como ejemplos de estas reivindicaciones sociales, se podrían tomar «El Cuento de la Criada» y «Sense 8». La primera, distópica, ha tenido estos años una repercusión histórica gracias a unos guiños perfectamente extrapolables a la realidad. Al igual que la segunda, que era tan explícita en su discurso y escenas a favor de la libertad sexual que incluso la terminaron censurando.
¿Comedias en el tablero?
Las plataformas y cadenas de televisión no solo han dado espacio para series, sino que también ha crecido el foco en el documental. Este formato ha vivido durante esta década su edad de oro, destacando títulos como «Leaving Nederland», que despertó gran interés a la vez que controversia a través de las redes sociales. Estas, como instrumento eficaz de difusión, aspecto que también ha ido a más en la última década. Asimismo, es curiosa la situación de las comedias de entretenimiento masivo. Si bien ficciones como «Friends» no han perdido en esta década su repercusión, cada vez son menos los estrenos de este tipo de formatos. Podría decirse que «Mum» y «Modern Family» han sido las últimas grandes comedias que se han puesto en el tablero. Sin embargo, la cantidad no repercute en la calidad, pues, tanto las mencionadas como «Big bang theory», «Dos hombres y medio» o «Cómo conocí a vuestra madre» continúan entreteniendo a numerosos espectadores todas las tardes.
La realidad puede doler
En definitiva, la nueva década comienza con el listón seriéfilo bastante alto. Las fantásticas a la vez que dolorosamente reales historias de «Black Mirror», los increíbles descubrimientos de «Sherlock», así como las sangrientas luchas de bandas en «Narcos», han dejado un sabor de boca que, quién sabe, se podrá igualar o incluso mejorar. Las expectativas, en cambio, son optimistas: ya se han anunciado grandes proyectos, como es el de la serie de «El Señor de los Anillos», la recién estrenada «The Witcher» o el regreso de «El Internado» en forma de «reboot».
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