Series
Crítica de «Tales from the Loop»: El futuro pasa de largo
La cautivadora serie antológica de Amazon Prime sugiere que los avances tecnológicos no suplirán nuestras necesidades más genuinamente humanas
A lo largo de los últimos años, el sueco Simon Stålenhag ha logrado un éxito considerable gracias a una propuesta artística que mezcla idílicas escenas pastorales con arquitectura retrofuturista, maquinaria desechada y tecnología alienígena. Ahora, su trabajo–inspirado en el de creadores como Ralph McQuarrie, uno de los ideólogos visuales de «Star Wars», y Syd Mead, que contribuyó a diseñar el look de «Blade Runner» y el de «Alien»– es el modelo sobre el que se basa «Tales from the Loop», una colección de ocho cuentos en los que la vida rural cotidiana se ve matizada por lo sobrenatural y en los que robots y tractores y viajes en el tiempo y autopistas y granjas comparten plano. La ciencia ficción, eso sí, nunca toma el protagonismo; como en las imágenes de Stålenhag, sus significantes se mantienen al fondo, abandonados entre los campos o escondidos detrás de los árboles. La serie la utiliza para fijarse en un grupo de seres humanos que siguen viviendo vidas mundanas pese a estar rodeados de lo extraordinario.
Para ello, funciona a modo de antología. Aunque presenta un elenco recurrente de personajes y una serie de tramas que se solapan, cada episodio funciona como una historia independiente. Transcurre en una localidad de Ohio construida sobre el Loop, un centro subterráneo de investigación experimental que profundiza en los misterios del universo y, al parecer, permite que lo imposible sea posible. Si bien emplea a la mayoría de los vecinos trabajan allí, pocos saben exactamente qué sucede en su interior. En todo caso, el Loop ha cambiado sus vidas de varias maneras, tanto a través de avances tecnológicos –implantes cibernéticos, tractores flotantes, energía limpia– como de fenómenos inexplicables como objetos que aparecen de la nada o fluctuaciones en el espacio y el tiempo. En un episodio, la madre de una niña desaparece y deja tras de sí un extraño artefacto; en otro, un niño escucha voces provenientes de una esfera; en otro, un hombre se encuentra consigo mismo en un universo paralelo. Los ciudadanos del pueblo han llegado a aceptar ciertas cosas como ordinarias, y eso evita a la serie la necesidad de extenderse en explicaciones pseudocientíficas. En realidad, decimos, se interesa más por asuntos como el paso del tiempo, la muerte, la pérdida, la maternidad y, sobre todo, la soledad y la necesidad de conexión humana. Justo como el arte de Stålenhag, pues, es una ficción llena de melancolía.
En cualquier caso, «Tales from the Loop» no adopta el tipo de actitud tremendista o disuasoria respecto a la tecnología que sí es evidente en «Black Mirror». Las historias que la componen, en cambio, resultan extrañamente reconfortantes; en primer lugar, por la belleza que derrochan a través de imágenes de estanques cubiertos de nieve y escenas de conversaciones nocturnas iluminadas por cientos de luciérnagas; en segundo lugar, porque, en última instancia, muestran a un grupo de personajes que, de no estar inmersos en circunstancias tan excepcionales, llevarían más o menos la misma vida. Son gente que siguen trabajando en empleos sin futuro, que tienen dificultades para labrar sus tierras y que no ven a los seres queridos lo suficiente. La tecnología, nos sugieren, no tiene las respuestas. Para intentar llenar el vacío que nos consume seguimos necesitando a los demás.
✕
Accede a tu cuenta para comentar