Regreso de “MasterChef”: la conmovedora expulsión de Michael y la ausencia de mascarillas

Tras poco más de 40 días, el plató de “MasterChef 8” volvía a oler a recetas y a tensión entre fogones. Los concursantes regresaban a pisar las cocinas del programa de La 1 tras unas semanas de confinamiento, en un episodio emitido anoche que se vivió de manera especial, tanto por parte del equipo como por los espectadores. “MasterChef”, como numerosos espacios televisivos, tuvo que interrumpir sus grabaciones a causa del coronavirus y anoche la vuelta fue tan deseada como frenética.

Todo aquello que vuelve a la nueva normalidad de la televisión, se somete a examen por unos espectadores bastante observadores. Y “MasterChef” no escatimó en cuanto a críticas por la falta de adaptación del formato a las nuevas condiciones sanitarias. Si los concursantes explicaron cómo habían gestionado el confinamiento, así como la distancia de seguridad se guardó, hay quienes denuncian que ninguno de los presentes utilizaron mascarillas: ni los aspirantes, ni el jurado ni los familiares que les visitaron.

Ante esto, la productora del programa insistió en que se han aumentado “las preucaciones para poder entrar en el mercado a por los ingredientes para cocinar”, así como cabe destacar que el programa emitido anoche se grabó a finales de abril, cuando aún no se había expedido las normas que ahora conocemos.

Cuestión de arte y makis

Más allá de esta vuelta arriesgada aunque necesaria, la dinámica del programa se llevó a cabo como siempre lo ha hecho. En la primera prueba, Iván, José Mari, Michael, Luna, Ana, Alberto, Juana y Andy recibieron una visita de sus familiares, que probaron sus elaboraciones. Éstos votaron, en su mayoría, las elaboraciones de Jauan y Andy, por lo que los jueces tuvieron que desempatar, quedando Juana y su guiso irlandés como ganadores de la prueba.

Por su parte, la prueba de exteriores se celebró en la finca Dehesa de Valbueno, en Guadalajara: bajo la supervisión de Diego Guerrero, chef con dos estrellas Michelín, cocinaron para 40 artistas. El reto, además, no dejaba nada que desear por su originalidad: tenían que convertir cuatro cuadros del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza -Jarrón con flores, El antiguo mercado de pescado, Paisaje con aves de corral y Bodegón con porcelana- en elaboraciones culinarias. El vencedor fue el equipo rojo, capitaneado por Juana, Andy, Alberto, Luna e Iván.

Y llegó el momento de la expulsión. Una vez de vuelta al plató, Michael, Ana, Andy y José Mari vistieron el delantal negro para enfrentarse a duelos en parejas para elaborar una fusión japo-española. Michael no había hecho nunca makis y cometió muchos errores, por lo que, por esta y otras razones, fue elegido como “el aspirante que no continúa en las cocinas de ‘MasterChef’”.

Ante esta decisión y las palabras del concursante, las redes sociales se inundaron de mensajes de apoyo, así como de un reconocimiento unánime tanto a la honesta decisión del jurado como a la trayectoria de Michael. “Estoy triste pero lo acepto, vine aquí para aprender a cocinar y siento que he crecido mucho en todaa la experiencia. Este maldito coronavirus ha sido una piedra en el camino y lo superamos con esta gente maravillosa”, dijo el concursante, que no pudo contener las lágrimas y se derrumbó tras unas pruebas repletas de tensión.