Televisión

“El coche fantástico”, la serie de la que todos se burlaban y que se adelantó al futuro

Muchos directivos rechazaron el proyecto porque veían imposible que la gente creyera que un hombre pudiera hablar con un coche

Los protagonistas de «El coche fantástico»
Los protagonistas de «El coche fantástico»larazonLa Razón

En los años 80 no había niño que no le dijera a su reloj (Casio) “Kitt, te necesito”, para que su coche imaginario pasara a buscarle y le salvara de los peligros que le acechaban en el juego. También podía subirse a un banco y decir que estaba en casa pero era menos sofisticado.

La llegada de “El coche fantástico” supuso una revolución entre los más jóvenes de la casa. Era un coche que tenía una luz roja en la parte delantera que se movía de lado a lado como si se tratara de la respiración del coche, que tenía vida propia, hablaba, contaba chistes y estaba equipado con la tecnología más avanzada para combatir a los delincuentes.

Un coche revolucionario para aquellos años y que hoy en día se ha hecho realidad gracias al gran avance de la tecnología. No se llama Kitt, pero puedes interactuar con él, responde y te lleva a tu destino con precisión.

“El coche fantástico” mostraba las aventuras de un policía al que le habían reconstruido el rostro y que conducía un coche de última generación que podía hablar, pensar, discutir y bromear con el protagonista. A pesar de lo impensable que podía ser en aquellos años que existiera un coche de esas características, el producto triunfó gracias a la mezcla de las dosis de acción y humor.

El responsable de la producción fue Glen Larson, creador de éxitos como “Magnum” , con Tom Selleck o “Battlestar Galactica”, productos de audiencias masivas pero que no obtuvieron el favor de la crítica. Larson nació en 1937 y desde muy joven mostró su pasión por los guiones y por la música. Formó parte de una banda de folk, pero lo que realmente le apasionaba era la narración de historias para el cine y la televisión. Uno de sus primeros guiones fue el de “El fugitivo”.

A lo largo de los años fue perfeccionando la idea del coche fantástico. Unió la idea de uno de sus éxitos, “Las aventuras de B.J”, un camionero y un chimpancé que recorrían el país en busca de aventuras. En uno de los capítulos tuvo que hacer frente a un policía que gracias a la tecnología era más veloz e inteligente.

Era el esbozo del personaje de Michael Long, un llanero solitario que le llevaría a triunfar. Michael era un policía de delitos informáticos que durante una misión secreta es herido en la cara por un compañero que lo traiciona y le dispara. Cuando estaba desahuciado, una organización secreta lo rescata, le reconstruye la cara y le da una nueva identidad.

Además de rebautizarlo como Michael Knight (David Hasselhoff), instalan tecnología de última generación en su coche y lo transforman en Kitt, el vehículo más avanzado del mundo. A partir de ese momento, Michael no dejará de pelear para saber quien lo traicionó.

A pesar de todo, la historia no era demasiado convincente para las estaciones de televisión. y Larsson tuvo que lidiar mucho para convencer a NBC de que su producto valía la pena. Los ejecutivos de la cadena se reían de que un hombre pudiera hablar con su coche, pero aceptaron a cambio de que se mantuviera el bajo presupuesto y se redujera el salario. A cambio Larsson se quedó con el 50 por ciento de las ganancias de los derechos de merchandising.

Una vez alcanzado el acuerdo, había que conseguir un coche que fuera distinto a todo lo visto hasta el momento y que no fuera muy caro. Después, había que aprovechar cada centavo de dólar para poder rodar las escenas de acción que afectaban al coche. Necesitan más de un coche, para rodar los saltos, las carreras o los viajes por caminos de tierra.

Los seguidores de la serie estaban acostumbrados a que todas las escenas de acción acabaran igual o casi igual. Los trucos eran siempre los mismos, pero eran efectivos. A lo largo de las cuatro temporadas, la serie tuvo que utilizar 25 coches, entre 4 y 9 por temporada, por lo que era imposible comprarlos.

A Larson se le ocurrió entonces negociar con General Motors para que cediera los coches a cambio de promocionar el modelo deportivo del Pontiac Firebird. El acuerdo se firmó y la compañía les vendía cada coche al simbólico valor de un euro. El equipo de arte de la serie hizo el resto, modificaron su parte delantera y el panel de mandos, diseñado por Michael Scheffer y que se parece mucho a los que tienen los coches en la actualidad.

Para que pareciera un coche futurista, incorporaron en la parte delantera unas luces rojas que se movían de lado a lado, inspiradas en la estética de “Battlestar Galactica” y “2001: Odisea del espacio”.

Listo el vehículo, era necesario encontrar la voz. El elegido fue el actor William Daniels y gracias a su tozudez, Kitt pasó de ser un mero robot, a un coche con personalidad propia, una de las características más definitorias de la serie. Daniels se rebeló y dijo que su trabajo no era ser una máquina y logró convencer a los responsables de que el coche necesitaba tener una personalidad propia. Y fue uno de los grandes aciertos y sirvió para los diálogos fueran más fluidos, interesantes y divertidos. Daniels tomó una segunda decisión clave. No quiso salir en los créditos, lo que hiz que mucha gente pensara que el coche era de verdad.

Para acabar de dar forma al proyecto necesitaban a un Michael Knight perfecto, con carácter y talento. David Hasselhoff era un joven actor que participaba en una telenovela de éxito, donde interpretaba a un médico seductor. Pero Larson pensaba que no tenía la trayectoria necesaria para su proyecto.

Sin embargo los ejecutivos de NBC impusieron a Hasselhoff, y fue todo un acierto. Su rostro se convirtió en uno de los más reconocibles de la televisión, algo que después se acabó de confirmar con su participación en “Los vigilantes de la playa”.

El toque final para el éxito de la serie fue su canción original compuesta por Stu Phillips y el mismo Larson, que se volvió una de las más icónicas de la pequeña pantalla. Aunque es futurista e inspira misterio y acción, el tema está inspirado en “Marche Et Cortège De Bacchus”, una composición francesa del siglo XVII escrita por Léo Delibes.

Otra de las novedades que aportó la serie fue que le dieron el papel del mecánico a una mujer, algo nunca visto hasta el momento. Bonnie Barstow (Patricia McPherson) y April Curtis (Rebecca Holden) fueron las elegidas. Bonnie estuvo en la primera, tercera y cuarta temporada mientras que en la segunda temporada estuvo ausente porque Patricia McPherson tuvo diferencias con los ejecutivos. Fue reemplazada por Rebecca Holden, que dio vida a April, pero no tuvo una buena acogida entre los seguidores y los ejecutivos decidieron aceptar las peticiones de McPherson y recuperaron a Bonnie.

El clima en las grabaciones siempre fue bueno. Aunque el público no lo sospechaba, en cada episodio aparecían dos o tres Kitt diferentes. La química entre Hasselhoff y la voz de Daniels terminó siendo una de las claves del éxito de la serie, aunque nunca compartieron ni pantalla ni espacio de trabajo: El guión de Kitt se grababa en un estudio de sonido y luego el protagonista Hasselhoff actuaba a partir de ese audio.

A pesar de la resistencia inicial, la serie fue un éxito desde su primera emisión emisión el 26 de septiembre de 1982 hasta que se despidió el 8 de agosto de 1986, catapultó a la fama a Hasselhoff y convirtió en millonario a Larson, que sólo el primer año ganó 100 millones de dólares por el merchandising. En España hubo que esperar a que Televisión Española la estrenara en 1984.

Los elevados costes de producción y la falta de nuevas ideas en los guiones hicieron que la NBC cancelara la serie después de la cuarta temporada pero ya con los ojos puestos en sus repeticiones, que comenzaron en los canales de cable de los Estados Unidos en 1986, acrecentando aún más el éxito.