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«Campamento Albanta»: una historia terrorífica

ATRESplayer PREMIUM estrena hoy los dos primeros episodios de un «thriller» sobrenatural dirigido al público juvenil

En primer plano, Eva Llorach con los jóvenes que ingresan en el campamento
En primer plano, Eva Llorach con los jóvenes que ingresan en el campamentoAtresmedia

Si la imagen de un campamento sugiere una sensación idílica lo mejor es borrarla de la mente, porque el que muestra la nueva serie de ATRESplayer PREMIUM parece más bien un centro al aire libre de reeducación para que los protagonistas vuelvan al redil. Esta premisa la comparte una de las protagonistas de la ficción, Eva Llorach. La ganadora de un Goya por «Quién te cantará» (2018), interpreta a Idalia, la fundadora del campamento que está impregnada de misticismo. «Los jóvenes que acuden arrastran problemas psicológicos como baja autoestima, adicciones a las drogas y traumas provocados por el ‘‘bullying'‘», precisa Llorach. La actriz define «Campamento Albanta» como un «thriller sobrenatural. Cuando recibí el guión, pensé: ‘‘Ay, otra serie adolescente, vamos a ver'‘. Me equivoqué, porque en España no se ha hecho nada parecido. Además está rodada de una manera que incita al espectador a querer saber más, porque ocurren cosas que no tiene explicación, no se saben las causas del comportamiento de los personajes...». Estos puntos suspensivos que deja caer Llorach son casi la esencia del guión de la serie, puesto que en cada capítulo se deja la puerta abierta para que el espectador especule sobre lo que está sucediendo. La única certeza que se tiene es que Gonzalo, un muchacho que estuvo allí, se suicidó al salir y que su hermana decide entrar para saber por qué decidió quitarse la vida. Pol Monen, que encarna a Abel –un chico hiperresponsable que se siente culpable del accidente que ha sufrido su hermano–, detalla: «Cada episodio cuenta la historia en profundidad de uno de los personajes y son como piezas del puzzle que el espectador va encajando».

Desconectados del mundo

La primera norma para esta convivencia tan singular descoloca a los jóvenes. ya que se les priva de cualquier contacto con el exterior al quitarles los móviles. «Eso les produce un ‘‘shock'' porque a cambio se les pide que estén en comunión con la naturaleza y que escuchen a los árboles. Nada que ver con su forma de vida», precisa Llorach. En ese sentido, Monen recuerda que él y sus compañeros de reparto vivieron una experiencia muy similar, «ya que durante el rodaje no teníamos cobertura y estábamos aislados. La verdad es que era una situación extraña».

La ficción también juega con la paradoja de cómo un espacio abierto y bucólico puede transmitir la sensación de asfixia emocional y física. «La naturaleza puede ser terrorífica y dar una sensación de opresión que, bajo mi punto de vista, ya estaba larvada en los personajes. Esa inquietud que percibe el espectador es muy importante, ya que el bosque se convierte en un personaje más», reflexiona Llorach. Y es que en «Campamento Albanta» todo lo que sucede adquiere un cariz surrealista y mágico que invita a la audiencia a un mundo de infinitas posibilidades y, aviso a los navegantes, casi ninguna será buena.

Estos chicos son, en teoría, lo que denominarían nuestros mayores unos «piezas». Algunos ejemplos: Carolina (Lucía Martín) es una chica asocial, insensible y que, aparentemente, no le tiene miedo a nada. Se considera una persona tóxica para todos los que se le acercan, pero le da igual. Parece que está más interesada en buscar enemigos que amigos para torturarlos psicológicamente. Audrey (Javier Ruesga) es extravagante y alocado. Su aspecto femenino le ha traído muchos problemas y él lo ha solventado convirtiéndose en un ser que juega con los miedos y debilidades de los otros. Con ellos tiene que lidiar Idalia, a la que, como Llorach describe: «Ha creado el campamento para solucionar problemas: otra cosa son los medios que utilice».