Televisión
La televisión entra en la campaña electoral de Estados Unidos
Las cadenas, los internautas, las «fake news» y hasta las series de televisión se han aliado con Trump o Biden con sus contenidos y podrían inclinar la balanza el próximo 3 de noviembre
Si Thomas Macaulay, periodista responsable de usar por primera la expresión «cuarto poder» para referirse a los medios de comunicación, levantara la cabeza, podría ver cómo la expresión toma cuerpo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos del próximo 3 de noviembre. Y mientras los votantes deciden entre la reelección del republicano Donald Trump y la candidatura demócrata de Joe Biden, las cadenas de televisión, internet, los grupos de whatsapp, las series de ficción y hasta Sacha Baron Cohen empujan a los espectadores hacia uno u otro bando.
La caja registradora del debate
Las grandes cadenas son las primeras que se han puesto las pilas para sacar rédito de la campaña presidencial, que no sólo decidirá qué candidato tendrá en sus manos el país los próximos cuatro años, si no que es época de cosecha de grandes cifras. Según la consultora Nielsen, las noticias de los canales CNN, Fox News Channel y MSNBC tuvieron un promedio de casi 10 millones de espectadores en «prime time» a principios de octubre, lo que supone un 72% más que la misma semana de 2019. Todos los programas sobre debates, previos o análisis posteriores, han promediado por encima de los 6 millones de espectadores por cadena. Así que éstas se vuelcan y emiten imitaciones de los dos candidatos, Jim Carrey-Biden y Alec Baldwin-Trump, en «Saturday Night Live», y televisan en directo los debates, que son éxitos. El último anotó 63 millones de espectadores, 10,1 millones menos que el primero, porque la gente les castigó, cansada de que se gritasen. También cabeceras como «Nature», «The New York Times», «The Washington post», «The Economist», «The New Yorker» y «The Boston Globe» han apoyado ya públicamente al candidato demócrata.
Por contra, medios menos perodísticos como Whatsapp ya se han aliado contra Biden, y, gracias a las «fake news» en español, los votantes asocian al candidato y al movimiento «Black Lives Matter» con la brujería, en un intento, según «The New York Times», de «enfrentar a los votantes latinos y negros entre sí». Youtube y Twitter son los medios preferidos para generar mentiras en cadena, que acaban con aseveraciones como que «los socialistas latinoamericanos promueven a Biden», vociferado por las redes sociales de Equipo Trump y Latinos for Trump. Por otro lado, a pesar de que Facebook prometió etiquetar anuncios políticos, parece que los anuncios de Biden, «The Daily Wire» (medio de extrema derecha), la televisión estatal china, las páginas de una organización de la industria de seguros, un grupo nacional de defensa LGBTQ y un grupo antitabaco en California, entre otros, están escapando al control de la publicidad electoral en ambos bandos.
Con razón la inversión publicitaria de Biden según Advertising Analytics, de 582 millones de dólares, la mayor en la historia del país, va encaminada a desenmascarar a un Trump (inversión de 342 millones) que alardea sin control, filtra entrevistas, señala y acusa a periodistas, y que, a pesar de lo que digan las encuestas, puede volver a ganar. Y lo veremos por televisión.
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