Notre Dame: cuando París vio arder su corazón

El 15 de abril de 2019 el mundo contenía la respiración mientras ardía la catedral de Notre Dame de París. El monumento visitado por 13 millones de personas cada año se consumía entre las llamas que acabaron con el ático, el tejado de madera y su famosa aguja. Pero la gran dama francesa de soportó el envite y 800 años de historia de la arquitectura se mantuvieron en pie. Ahora, en el segundo aniversario de la tragedia dos documentales diseccionan su construcción para dar las claves de su supervivencia a pesar del fuego, los robos y la Revolución Francesa.

«Notre Dame: la catedral eterna» es un documental exclusivo que estrena hoy a las 22:00 horas el Canal Historia y que gracias a un permiso excepcional del Ministerio de Cultura francés, se cuela en el proceso de reconstrucción y con la ayuda de archivos inéditos y entrevistas con los mejores expertos, revelará los secretos que han mantenido a salvo a esta joya del patrimonio de la humanidad.

El secreto de las bóvedas

Todos los especialistas que participan en el documental, historiadores del arte, ingenieros y arqueólogos, coinciden en que la destrucción de parte de Notre Dame y la caída de su famosa aguja, supuso «una puñalada» para todos los que contemplaron la tragedia, y que hay que ahondar en su historia para entender que los daños pudieron ser catastróficos. La ambición de la construcción y de su promotor, el obispo Maurice de Sully, las novedades arquitectónicas góticas y los terrenos más ingratos pudieron dar al traste con el proyecto. Pero estos retos se convirtieron en los aliados que pueden haberla salvado de la quema total. Al final, su gran talón de Aquiles, el «bosque» de la cubierta, hecho con más de 1200 robles franceses, y sus bóvedas de crucería fueron su salvación. Al igual que sus finas bóvedas, que «protegieron la mayor parte del edificio de las llamas y de los miles de litros de agua» vertidos para apagar el incendio.

Las imágenes del estado actual de la reconstrucción son un material inédito, al que acompañan recreaciones de la época e imágenes generadas por ordenador, que dan cuenta de la magnitud de la empresa que comenzó en 1160. Los especialistas en arte Emily Guerry, Philippe Plagnieux, Caroline Brucelius, Arnaud Timbert y el ingeniero Olivier de Chalús coinciden en que la genialidad de la construcción de la catedral fue lo que consiguió reducir los daños en el interior del templo, como una especie de «sistema gótico contra incendios que ha funcionado durante ocho siglos». Otro de los grandes testimonios es el de Florian Renucci, jefe de obra del castillo de Guedelón que actualmente se construye en Francia desde cero con especificaciones del siglo XIII, utilizando materiales y técnicas de la época, y que desvela las claves de los materiales y las soluciones arquitectónicas utilizadas como la elección de la piedra de la cantera subterránea y de piedra antigua que conecta a Notre Dame con su pasado.

Todo en Notre Dame era nuevo para el siglo XII y quizá la construcción tardía de la aguja, como mero ornamento fue lo que más daños causó durante el incendio. Que curiosamente no fue el primero que sufrió la catedral eterna. El 14 de agosto de 1218, unos ladrones intentan robar ornamentos y vuelcan un candelabro e incendiaron el coro. El pretexto para una campaña de obras en la década de 1220, que probablemente, salvó el alma y el corazón de París hace ahora dos años. Según los especialistas, Francia tiene los materiales y el conocimiento para devolver a Notre Dame todo su esplendor.