San Remo 2022
Mahmood, ¿a la segunda va la vencida?
El artista italiano busca representar a su país en Eurovisión, por segunda vez, después de competir hoy en la final de San Remo
Hace unos meses hablamos con el artista de origen egipcio Mahmood, que representó a Italia en 2019 con una de las canciones de aquel verano, «Soldi». Una canción con la que ha cruzado fronteras y hasta idiomas. El pasado verano, el artista presentaba Ghettolimpo, el nuevo trabajo que presentó junto a innovadores videoclips y una estética inspirada en la antigua Grecia. En la entrevista nos confesaba que le fascina tanto el mundo de los dioses como el de los superhéroes de Marvel. Mahmood se ha considerado en ocasiones un fiel seguidor de otras sagas como Pokemon.
En cambio, Mahmood atravesaba un momento artístico en el que estaba cansado de las comparaciones con el estilo de Rosalía y buscaba nuevas fórmulas. De hecho, le preguntamos en verano si actuaría en el San Remo o en Eurovisión como invitado o como jurado, sin sospechar que se volvería a presentar.
Ahora su balada «Brividi», que interpreta junto al artista Blanco, suena como la gran favorita para conquistar de nuevo la final de San Remo, hoy sábado. En dicha final ya no tiene opciones Ana Mena, después de quedar penúltima.
Mahmood, desvelaba también algunas de sus pasiones más allá de la música, como la moda o la interpretación. De hecho, aunque es consciente de que aún es pronto, no descarta en el futuro hacer un documental sobre sí mismo. Además de la moda, en redes sociales también se ha convertido en un icono para la comunidad LGTBI, coleccionando seguidores de todo el mundo, incluso en Latinoamérica, donde espera poder seguir haciendo giras. Sin embargo, no se considera «influencer».
El mundo de los talents y concursos parece ser lo suyo. Mucho antes de triunfar en San Remo ya probó suerte en la versión italiana de Factor X.
El Festival de San Remo se celebra solo una semana después de la gran polémica del Benidorm Fest, festival de RTVE que buscaba seguir el ejemplo italiano. Sin embargo, San Remo lleva décadas instalado como casi una religión, donde no se cuestiona la meritocracia ni la valía de la candidatura seleccionada.
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