Estreno

Manuel Campo Vidal: “Jesús Gil fue el tipo más serio en la ‘guerra del fútbol’, ¡cómo serían los demás!”

Estrena documental en la plataforma Filmin “Manuel Campo Vidal: Pasión por la Comunicación”

Manuel Campo Vidal
Manuel Campo VidalLa Razón

Acaba de estrenar documental en Filmin hecho por su hermano Luis. “Manuel Campo Vidal: Pasión por la Comunicación”. Cincuenta minutos que recogen muchos años de la historia de España.

¿Qué nos vamos a encontrar?

Mi vida ha coincidido con el final del Franquismo y la Transición y eso ha permitido abrir una ventana de pasajes que son de todos los ciudadanos, como los debates presidenciales o la entrada en Europa.

¿Cómo ha sido esa vida de aquí para allá que auguraba su madre?

Mi madre decía que era como la de los artistas y tenía razón. Mis padres emigraron del Pirineo aragonés a Barcelona cuando yo tenía 9 años y luego emigré a Madrid cuando cerraron cuatro periódicos del grupo Mundo y 250 periodistas nos quedamos sin empleo. La vida es agitada y sé lo que es pasar por el paro y momentos malos.

Como periodista, ¿hay batallas ganadas y perdidas?

El periodismo contribuyó a ganar la democracia y a asentarla. Los medios ayudaron a entender que teníamos derecho a vivir en ella. Ayudó a devolver la dignidad como ciudadano. Esa es una batalla ganada.

¿Y en las pérdidas?

Ahora vivimos el riesgo a perder la credibilidad por la desinformación máxima de las redes en parte y por el atrincheramiento político de los medios.

Fue uno de los periodistas de la democracia. ¿Qué le impactó más?

Ha habido muchos y es un honor. Sin duda la capacidad para llegar a acuerdos y hacer una Constitución que dura 44 años en un país que en el siglo XIX tuvo ocho constituciones y tres guerras civiles con la carlista. Y en el siglo XX había tenido dos dictaduras y una Guerra Civil dramática. Ahí se pusieron de acuerdo desde Fraga, que venía del Franquismo hasta Carrillo, que venía del exilio. Fue una obra de ingeniería política de Estado.

¿Cómo se le queda el cuerpo si nos trasladamos a la política actual?

Con mucha preocupación. Allí había mucha preparación y generosidad. Y la voluntad de construir una historia democrática nueva. Había un número elevado de catedráticos: Fraga, Tierno Galván, Tamames, Solé Tura, Ernest Lluc, Carlos Solchaga y tantos otros. Y gente de la política muy preparada desde muy joven como Felipe González, Fraga, Pujol, Miquel Roca, Arzallus...

Moderó el primer debate de la democracia. En 1993. Aquel cara a cara Felipe González con Aznar. ¿Cómo lo recuerda?

Yo era estudiante en París, alumno de Manuel Castells, cuando vi el primer debate en 1974 entre Giscard y Miterrand y pensé que algún día habría democracia en mi país e intentaría promover un debate como éste porque me quedé fascinado. Eso pudo ocurrir 19 años después. Pude hacerlo en Antena 3 con Felipe y Aznar, lo que siempre agradeceré. Fue difícil, porque no había ningún referente ni ley que obligara. La ciudadanía ganó un derecho. Comparto la idea con Alan Schoeder de que con el voto contratas al que crees que puede dirigir mejor la empresa España S. A.

¿Cómo son los debates de ahora?

Celebro que los haya. Al haber una fragmentación parlamentaria hemos perdido los cara a cara que es el debate en esencia. Están bien, pero uno Casado/ Abascal o Sánchez/Casado también tendría interés.

Ha trabajado en la televisión pública y la privada (Antena 3). ¿Cómo ha sido trabajar en esas casas?

Tanto en la pública como en la privada hay mucho talento y he podido desarrollar el ejercicio profesional. En el ámbito directivo fue más fácil tomar decisiones en Antena 3.

Estuvo al frente de la presidencia de la Academia de la Televisión durante doce años. ¿Cuáles fueron los principales objetivos?

El primero que no solo el cine fuera cultura. Había que dignificar la televisión. Y claro que la hay que mejor que no se emitiera, pero hay mucha dignidad profesional. Lo segundo reivindicar que por encima de los 50 hay vida profesional, porque en España se prejubila anticipadamente y en tercer lugar y como dice María Rey, que por encima de la talla 36 hay grandes profesionales.

¿Qué supuso la “Guerra del Fútbol”?

Una experiencia sobrevenida por grandes grupos en los que estaba Prisa y Zeta con aliados como la Televisión de Cataluña con los derechos del Barsa y el Espanyol en la que participé y por suerte sobreviví y conseguimos la paz, que fue mucho. Fui el primer presidente de Audiovisual Sport y cuando veo noticias sobre ello y cifras celebro que no lo soy. Hacíamos consejos de administración con un notario y había demandas entre los grupos.

Tranquilidad no había precisamente.

Los personajes con los que negociábamos dan para una novela. Siempre digo que Jesús Gil fue el más serio. Tú llegabas a un acuerdo con él y al día siguiente sus abogados mantenían su pacto. Tú llegabas a un acuerdo con Núñez, por ejemplo, y al día siguiente te cambiaban todo. Si Jesús Gil era el más serio, cómo sería el resto.

¿Qué le augura al periodismo?

Está en una situación difícil, pero tiene la oportunidad de ser el referente creíble en un mundo donde la desinformación es alta. Evito la expresión noticias falsas, porque es una contradicción. Si es falsa no es una noticia.