Final
Eurovisión 2023: ¿Qué pasa si gana Ucrania esta noche?
Tanto la organización como los eurofans tienen la duda de si el país está preparado para organizar el evento el año que viene
Aunque todavía es pronto para hablar de ganadores en el festival de Eurovisión 2022 que se celebra esta noche en Turín, ya que las apuestas en las principales casas apuntan a que Ucrania, con su tema “Stefania” interpretado por Kalush Orchestra, se proclamaría vencedora. Y esto ha planteado desde el inicio la duda de qué pasaría si el país, en plena guerra para evitar la conquista por parte de Rusia, será capaz de albergar Eurovisión en 2023.
Pero ese tipo de contingencias ya han sucedido en otras ocasiones aunque por otras razones y la Unión Europea de Radiodifusión (UER) organizadora del Festival ya ha tenido que flexibilizar las reglas en otras ocasiones. Si bien la tradición establece que el país vencedor tiene que organizar la edición del año siguiente, como Maneskin, grupo italiano vencedor del año pasado y que delegó en Turín su candidatura, la actual situación de guerra en el país hace prácticamente imposible que se den las condiciones, de infraestructura y seguridad.
Sin embargo, la historia del festival está plagado de ejemplos de que ante situaciones desesperadas, se puede conseguir emplazar la celebración en otra ubicación. EN 1958 se estableció la norma de que el ganador del micrófono de cristal era el primero al que se le ofrece la sede de Eurovisión al año siguiente. A lo largo de la historia del festival han sido cinco las ocasiones en las que no se ha cumplido la regla.
La primera ocasión fue en 1960, cuando los Países Bajos declinaron acoger el festival a pesar de ganar en 1959. Ese año, el país anfitrión fue el Reino Unido, que había quedado segundo en la clasificación. La situación se repitió en 1963, cuando Francia, país ganador en 1962, rechazó acoger el festival y fue Reino Unido el que volvió a ejercer de anfitrión, a pesar de quedar en cuarto lugar (puesto que Mónaco y Luxemburgo, quienes eran las siguientes en el podio, rechazaron encargarse del certamen).
Volvió a suceder nueve años después cuando Edimburgo fue la sede debido a que Mónaco no contaba con una adecuada para organizar el festival. Dos años más tarde, en 1974, Reino Unido repitió como organizadora de Eurovisión porque Luxemburgo declinó la candidatura. La última vez fue en 1980 cuando La Haya acogió el certamen a pesar de que Israel había ganado el festival el año anterior.
Desde ese año, la UER obliga al país anfitrión a organizar el Festival de Eurovisión al año siguiente. Sin embargo, la UER contempla ciertas excepciones, como el caso de una hipotética victoria de Australia, que concursa en el certamen como país invitado y que, si ganase, la cadena pública del país coproduciría el festival del año siguiente, pero este tendría lugar en un país europeo elegido por la delegación australiana.
En el caso de Ucrania y ante la posibilidad de que la UER considere cambiar de sede ya se han ofrecido Suecia, y las ciudades españolas de Barcelona y Valencia aunque no gane nuestro país como gesto de apoyo.
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