Experiencias
Cómo es vivir una gala de OT 2025: lo que no se ve ni te cuentan del detrás de cámaras
La Razón tuvo la oportunidad de acudir a la Gala 4 de Operación Triunfo 2025 y os contamos los secretos mejor guardados de la edición

La televisión sigue vendiendo sueños. Detrás de cada foco, el talento y la emoción han vuelto a Operación Triunfo en una edición donde los sentimientos continúan a flor de piel cada vez que alguien sube al escenario. Quizá sea el casting más joven de la historia del formato, pero cada uno de los dieciséis concursantes ha logrado deslumbrar, al menos, en una canción. Ante un jurado experto y poco dado a dejarse impresionar, OT 2025 se ha convertido en una auténtica carrera de supervivencia por mejorar lo inmejorable.
Hace dos años, Amazon Prime Video decidió recuperar el programa musical que en su día marcó a toda una generación en tiempos de Rosa de España. Ahora, en su segunda edición dentro de la plataforma, el formato se mantiene fiel a sus raíces con los míticos repartos de temas, los pases de micros y unas galas en las que el público sigue siendo el motor del espectáculo. La gran diferencia es que, los espectadores pueden revivir cada momento desde casa cuantas veces deseen. Sin embargo, hay instantes que no aparecen en pantalla: gestos, palabras y emociones que solo se descubren viviéndolos en primera persona.
Asistir a un evento televisivo ofrece un privilegio poco común: contemplar los pequeños detalles "invisibles" para la audiencia. Desde la realización previa, el maquillaje en directo o el montaje del decorado, hasta los comentarios entre concursantes, las deliberaciones del jurado o las muestras discretas de cariño. Todo ello, más allá del show, convierte Operación Triunfo en una experiencia musical única en España.
Antes del directo: así se ve el plató de OT
Gracias a Operación Triunfo y de la mano de la agencia 'Fly me too the moon', Gestmusic y Amazon Prime, La Razón tuvo la oportunidad de acudir a la Gala 4 de OT 2025. Lo que desde el sofá parece espontáneo, en directo se revela como un engranaje perfecto donde cada segundo cuenta. El viaje comienza con la llegada al Parc Audiovisual de Terrassa, un recinto que alberga tanto la academia como el plató. Nada más llegar, pudimos disfrutar de una experiencia VIP en una sala reservada a creadores de contenido.
El público accede al menos una hora antes del directo. Se nota la emoción, pero también la organización milimétrica por parte de los realizadores. Un equipo de producción explica con que intensidad y cuándo se puede aplaudir, gritar o guardar silencio. Es decir, nada queda al azar, ni siquiera las ganas de ir al baño, limitadas al tiempo de emisión. Minutos antes de empezar, Chenoa llega con tiempo para ensayar el arranque de la gala y bromear con el público, al que aclaró que "me encanta como me visto, me peino y no me importan los comentarios". El jurado, por su parte, aparece entre aplausos y gestos de emoción, para tomar las fotografías oficiales de la noche.
Publicidad y ¿retocamos...?
Cuando la pantalla del televisor se llena de anuncios, dentro de plató comienza otro tipo de espectáculo, invisible para quienes lo ven desde casa. Al grito de "¡Estamos en publicidad!", se activa una cuenta atrás que marca los segundos exactos para volver al directo. Durante estos descansos, el escenario se convierte en un hormiguero de actividad con técnicos y ayudantes cambiando el decorado. Mientras, al otro lado de la pasarela de Operación Triunfo, los estilistas entran para retocar maquillajes y peinados tanto a los concursantes que ya han actuado, como a Chenoa y los miembros del jurado.
Sin embargo, no son los únicos que aprovechan estos breves momentos. El público bebe agua, se estira y comenta la gala. Sin embargo, algunos comentarios acaban llegando a los concursantes, a pesar de que tienen prohibido recibir información del exterior. Desde la grada, se ve todo se observa todo e incluso un intercambio de palabras entre una concursante y una persona del público situada en el foso. De repente, una voz avisa con un "diez segundos". El silencio vuelve a sentirse en plató, las focos se calientan y los aplausos dan paso a la siguiente actuación.
La realidad de las eliminaciones en OT
El proceso de nominaciones es, quizá, una de las grandes incógnitas de los concursos televisivos. La deliberación del jurado constituye una de las fases más delicadas, pues de ella depende el futuro de cada participante. En Operación Triunfo al jurado no se le espera porque ellos ya lo saben. Desde la posición que La Razón ocupó en el plató de OT, se pudo ver cómo el jurado confesaba sus nominaciones a una persona de producción, la cual se acercaba a la mesa y decía: "¿Lo tenemos?" y al momento apuntaba en un papel. Esta acción se repitió varias veces, según iban pasando las actuaciones y se daba paso a publicidad.

Este detalle, que para muchos puede pasar inadvertido, influye directamente en la decisión de la Academia a la hora de salvar a un concursante. Es decir, las nominaciones del jurado llegan a los profesores mucho antes de que los concursantes crucen o no la pasarela. Por lo que su voto, lejos de la improvisación, está más que decidido. Según pasan las galas, este acto será cada vez "más rápido".
Adiós y vuelta a empezar
Tras decir adiós a otro compañero y salvar a uno nuevo, la gala se acaba y los concursantes abandonan el plató. Que finalice el directo, no significa que no pase nada tras las cámaras: fotos y conversaciones surgen entre el público, el jurado y la presentadora. Más allá de saludos espontáneos, una señora consiguió una foto con Guille Milkyway por prestarle un bolígrafo para tomar anotaciones de la gala. Finalmente, se vacía el plató de forma escalonada y con la presencia de los bomberos por motivos de seguridad. Por su parte, el personal empieza a recoger decorados y demás objetos del escenario, para dejar todo "impoluto".
Antes de salir, este medio tuvo la oportunidad de ver de cerca la famosa pasarela de OT y comprobar que, no es tan larga como dicen: en apenas diez pasos se puede cruzar al otro lado del plató. Una vez fuera, descubrimos otra realidad sobre los concursantes y la distancia que recorren desde que salen de la academia hasta los estudios. En sí, el trayecto consta de bajar una cuesta que, andando son aproximadamente 10 minutos.
Vivirlo desde casa tiene su comodidad. En cambio, asistir al plató permite captar la complicidad entre los concursantes, la tensión del jurado y el dolor de despedirse de Operación Triunfo y una familia que convierte la música en mucho más. Todo el mundo puede formar parte de ella, acudiendo al link de Gestmusic para asistir a una gala de OT.