
"Maestros de la Costura"
Costuras rotas, vestidos sin tela y dos expulsados: así fue la semifinal más cruel
"Maestros de la costura Celebrity" se cobra dos víctimas en su semifinal y deja claro que en el taller no hay sitio para errores, por muy queridos que seas

Las máquinas de coser se han cobrado sus peajes sentimentales. Y es que la semifinal de “Maestros de la costura Celebrity” ha sido cualquier cosa menos amable. El programa de La 1 apretó las costuras hasta el límite y no dudó en tirar del descosedor emocional: dos expulsiones de golpe, drama de taller, pruebas complicadas, decisiones discutibles, y una tensión que ni el hilo más grueso habría aguantado. Resultado: Laura Sánchez y Eduardo Casanova se quedaron fuera del desfile final, mientras Pilar Rubio, Carmen Farala, Edu Soto y La Terremoto de Alcorcón tomaron las agujas definitivas.
La primera prueba ya vino con mensaje: menos química, más conciencia. Los aprendices debían teñir y confeccionar prendas con tintes naturales. Y no solo eso, también adaptar los maniquíes a tallas reales, que ya era hora. El experimento acabó por teñir la lista de favoritos. Casanova, que intentó una camiseta con tela escasa, se estampó. Pilar firmó un vestido boho impecable; Edu Soto acertó con una falda resultona y bien entintada; la Terre hizo un alegato textil contra las almorranas (sí, como suena); y Carmen Farala, o mejor dicho, “Dani del Carmen”, se coronó con un vestido elaborado, medido y sin una puntada fuera de sitio. Aplauso unánime. Casanova fue el primero en despedirse.
La prueba por equipos se trasladó a Barcelona y a un escenario que olía a alta costura: el taller de Tot-Hom. Sin jefes de equipo y con un veredicto individual, lo que parecía una ventaja acabó siendo una trampa. El dúo Farala-Laura se convirtió en un despropósito en tiempo real. A cinco minutos de entregar, no tenían nada que presentar. Ni nada, ni ganas. El jurado lo notó y, sin anestesia, las mandó a eliminación. Mientras tanto, Pilar se echaba el equipo a la espalda y La Terremoto se ganaba un hueco en la final a golpe de flor y puntada invisible. Ellas dos, finalistas sin discusión.
La última prueba fue una joya (difícil) de la historia de la moda: reproducir vestidos originales de Cristóbal Balenciaga, con la mirada de la diseñadora Bina Daigeler vigilando. Edu, que podía repartir los vestidos, se los asignó a sus compañeras con criterio quirúrgico y un poco de estrategia. A Carmen le tocó el más complicado y, sin despeinarse, hizo una réplica que dejó al jurado con ganas de contratarla.Laura, por su parte, presentó solo la estructura del vestido y se olvidó del tejido principal. Literalmente. Eso, en costura y en televisión, es una sentencia: eliminada.
La final, por tanto, tiene una variedad que ya quisiera cualquier pasarela. Pilar Rubio, precisa y disciplinada como una sastre de élite; Carmen Farala, que ha hecho de cada prueba un desfile personal y político; Edu Soto, el comediante reconvertido en aprendiz metódico; y La Terremoto de Alcorcón, que no solo no ha perdido ni una puntada de su sentido del humor, sino que ha hilado con él cada diseño. Los cuatro llegan al último reto con algo más que ganas: con argumentos.
Y aunque duele ver marcharse a Casanova y Laura —sobre todo por el cariño del público y lo que han aportado en estilo y actitud— la decisión es coherente con lo que exige el programa. Aquí no gana quien cae bien: gana quien sabe coser. Y en esta semifinal, los errores no fueron menores. La buena noticia es que, por fin, una final de un talent show que no parece escrita desde el primer capítulo. Aquí todo puede pasar. O mejor dicho: todo se puede coser… o descoser.
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