Redes sociales
Frank Cuesta decepciona a sus seguidores: "Ni soy veterinario, ni soy herpetólogo"
El famoso comunicador leonés ha publicado esta mañana un demoledor vídeo confesando, aparentemente, que nunca ha rescatado animales y que "todo era parte un 'show' que se le ido de las manos"
Frank Cuesta ha sorprendido a sus seguidores con una confesión que ha provocado un terremoto en redes sociales y ha puesto en entredicho más de una década de su trabajo público en defensa de los animales. El popular comunicador, conocido por programas como Frank de la Jungla, ha publicado un vídeo en su canal de YouTube donde reconoce que muchos de los pilares sobre los que ha construido su imagen pública eran, en realidad, parte de un personaje y un 'show' que “se le ha ido de las manos”.
La confesión que ha encendido la polémica
“Ni soy veterinario ni soy herpetólogo. Tengo conocimientos que no son básicos de animales, pero tampoco son profesionales”, confesó Cuesta al comienzo de un vídeo que él mismo calificó como “duro”. En una intervención de tono solemne y lectura pausada, el leonés admitía haber construido una narrativa alrededor de su figura queno se corresponde con la realidad, llegando incluso a reconocer problemas personales: “He sido un personaje, y poco a poco se me ha ido yendo de las manos por un grave problema que tengo de mitomanía y ego”.
Las declaraciones no han dejado indiferente a nadie. Frank Cuesta, que durante años ha sido símbolo de lucha contra el maltrato animal y defensor de la fauna salvaje en Tailandia, rompe así, aparentemente, con la imagen de rescatador que mantenía desde la creación del Santuario Libertad, un espacio de 37 hectáreas que promovía como refugio para animales salvajes.
“Nunca he rescatado animales”
En otro de los fragmentos más llamativos del vídeo, Cuesta asegura: “Todos los animales que hay en el santuario han sido comprados, por lo tanto, podríamos definir que es más una granja de animales que un santuario”. Con esta frase, desarma por completo la imagen que sus seguidores tenían del Santuario Libertad, una finca situada a las afueras de Bangkok y sostenida con donaciones y suscripciones a sus canales de YouTube, a través de las cuales genera entre 12.000 y 14.000 euros mensuales, según el propio Frank. Esta revelación ha generado una oleada de reacciones en redes sociales, donde muchos usuarios se debaten entre la decepción, el escepticismo y el apoyo incondicional.
“Me aproveché de mucha gente”
Lejos de escudarse en la presión mediática o las acusaciones recientes, entre ellas, las de estafa o maltrato animal; Frank asume la responsabilidad completa de su conducta: “Asumo mi responsabilidad de haber engañado a todos y pido disculpas públicas por haberme aprovechado de tanta gente”. También aprovecha el vídeo para desligar a terceras personas de su detención, ocurrida meses atrás en Tailandia: “Fue por tener animales sin papeles legales. Ninguna de las personas señaladas tiene nada que ver”.
En otro momento, incluso desmiente una información que él mismo dejó entrever en el pasado: no tiene cáncer, aunque sí reconoce estar en tratamiento por una mielodisplasia, que bien puede ser considerado un tipo de cáncer, lo que ha generado mucho escepticismo sobre si la confesión de Frank es real o una reacción para evitar consecuencias mayores.
Las redes se dividen entre comprensión y escepticismo
Pese a lo contundente de sus palabras, muchos seguidores se preguntan si se trata de un acto sincero o si, por el contrario, responde a una estrategia para evitar consecuencias judiciales. En los comentarios del vídeo, algunos usuarios apuntan a la posibilidad de que haya sido “obligado” a decir todo esto. Otros, en cambio, valoran el gesto como una muestra de humildad y valentía.
“No sé qué creer, pero te dejo mi like. Me has acompañado en momentos difíciles con tus vídeos”, escribe un usuario. Otro, que pone en cuestión que sea un vídeo de afirmaciones reales, señala: “Es muy duro ser obligado a decir estas cosas. Se nota que te despojaste de todo orgullo para que terminara esta locura”. Cuesta, por su parte, respondió directamente a las dudas sobre si se trataba de un ejercicio de ironía: “No es sarcasmo. Es la realidad”.
¿Un punto final o un nuevo comienzo?
La revelación de Frank Cuesta plantea muchas incógnitas sobre el futuro de su figura pública y de su santuario. Hace unos días, los siguientes pasos del comunicador parecían encaminados hacia un silencio que ha terminado por ser todo lo contrario. El vídeo, publicado esta misma mañana, ya ha generado una ola de reacciones, tanto en los seguidores de Frank como en los más críticos con el creador de contenido. ¿Seguirá contando con el respaldo de su comunidad digital? ¿Se verá obligado a cerrar o reestructurar su proyecto en Tailandia? Algunos de los más fieles se reparten entre la decepción y la duda.