¿Merecido?
Gran Hermano sanciona a los concursantes por su intento de sabotaje: castigo ejemplar
La organización del reality se ha mostrado implacable con el grupo, que ha intentado manipular la prueba semanal con el fin de evitar nominaciones
Esta semana, "Gran Hermano" vivió uno de los momentos más tensos de la edición cuando un grupo de concursantes, liderado por Vanessa, Javi y Daniela, decidió sabotear la prueba del "Reloj humano". Al enterarse de la estrategia de Edi para ganar un privilegio y salvar a un nominado, los tres participantes conspiraron para fracasar la prueba a propósito. La situación acabó en un caos total, y la organización del programa de Telecinco no tardó en intervenir.
La trama comenzó cuando Edi propuso traicionar al grupo contrario para obtener el control del juego. Sin embargo, Adrián, en desacuerdo, decidió contar el plan a Maica, lo que desató la tormenta en la casa. “Se cansaron de ser buenos, ahora todo vale”, comentaba Maica al descubrir el complot. Vanessa, por su parte, declaraba su intención de sabotear la prueba: "Mañana tiramos los relojes, y se acabó. Otra semana sin comida y que el público decida". Sus palabras anticipaban lo que estaba por venir.
El intento de sabotaje resultó en 95 errores en una prueba en la que no podían superar los 33. Ion Aramendi, el presentador, fue contundente con su reprimenda: "Se pueden tener estrategias, pero jamás ir en contra del espíritu del juego. Las consecuencias llegarán". El castigo no tardó en llegar, y los concursantes vieron cómo se les retiraba el presupuesto semanal de comida. “Vais a tener que sobrevivir con lo que os queda en la nevera”, sentenció el Súper, dejando la casa en shock y con una despensa vacía.
La reacción de los concursantes fue de desconcierto y enfado. Mientras algunos intentaban buscar soluciones para la falta de alimentos, otros simplemente asumían el castigo con resignación. Para colmo, esta situación coincide con la llegada de dos compañeros de "Grande Fratello", lo que complicará aún más la semana. El caos está asegurado en la casa, y el hambre será su nuevo rival.
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Pasividad ante la tragedia