Inocente, inocente

Entre lo apocalíptico y lo chapucero, Álvaro Morata no cayó en la inocentada de Televisión Española

El delantero de Atlético de Madrid fue una de las víctimas de la 'Gala Inocente, inocente' emitida anoche en La 1

Entre lo apocalíptico y lo chapucero, Álvaro Morata no cayó en la inocentada de Televisión Española
Entre lo apocalíptico y lo chapucero, Álvaro Morata no cayó en la inocentada de Televisión EspañolaRTVE

El delantero del Atlético de Madrid y capitán de la Selección Española de Fútbol, Álvaro Morata, fue vícitma de una de las inocentadas que se emitieron anoche en la 'Gala Inocente, inocente' de La 1 de Televisión Española, con motivo del día de los Santos Inocentes.

Junto a su compañero de equipo, el carrilero diestro Marcos Llorente, quien hizo de gancho pasivo, el futbolista madrileño acudió al pabellón municipal de Pozuelo de Alarcón para "presidir" el acto solemne de la firma de un convenio entre las categorías inferiores del CD Pozuelo y su club, el Atlético de Madrid.

Allí, ambos jugadores saludaron y dieron consejos a los niños de la escuela de fútbol del municipio madrileño y, acto seguido, fueron recibidos por Isabel, la supuesta teniente de Alcalde, quien pronunció un discurso interruptus ante la asombrada mirada de Álvaro Morata.

Uno de los chavales, Gabriel, también subió al estrado a decir unas palabras, y le pidió al delantero que lo acompañara porque estaba "muy nervioso". Mientras el chiquillo hablabla, se cortó la conexión e irrumpió una patrulla de la guardia civil en el pabellón para anunciar un hackeo de las conexiones de las diferentes instituciones madrileñas.

En un proyector conectaron con el canal 24 horas, donde un reportero fake, con la señal entrecortada, daba esta alarmante y apocalíptica noticia. El capitán de la Guardia Cilvil, "de capitán a capitán", se dirigió a Morata para que tomara el mando de la nave.

Este, bastante escéptico, tranquilo y bromista, tomó el megáfono y pidió calma a la concurrencia allí presente. La sensación es que el delantero jamás creyó lo que estaba pasando, ya que quizás una broma apocalíptica o distópica necesita de más elaboración, y esta fue más bien de corte chapucero.