¡Aquí hay tomate!
Así fue la sorprendente cita de Cristina, una de las camareras gemelas de 'First Dates'
La trabajadora del programa de Cuatro cenó con Víctor, a quien confesó, entre otros asuntos íntimos, que padece una enfermedad mental
Sin duda, el plato fuerte de anoche en 'Firts Dates' fue la cita de Cristina Zapata, una de las camareras del programa de Cuatro , que se abrió a buscar el amor en televisión.
Cristina, andaluza de 45 años y de profesión presentadora y actriz, lleva más de un lustro junto a su hermana gemela Marisa sirviendo las románticas y a veces esperpénticas mesas del programa presentado por Carlos Sobera.
En una ocasión anterior, solicitó públicamente a sus compañeros poder compartir una cita a ciegas en el espacio donde trabaja. Dicho y hecho; anoche entró por la puerta la menuda y dicharachera camarera, muy bien arreglada, dispuesta a conocer a lo que tópicamente llaman su media naranja.
Contó Cristina que lleva dos años soltera, más allá de encuentros o citas esporádicas que no pasaron de eso, desde que pusiera punto y final a su relación más duradera con la que se llevó un tiempo entrando y saliendo.
Su pareja para la noche de ayer fue Víctor, un simpático, sencillo y franco mecánico industrial de Móstoles que cuenta 43 años. El propio Víctor se presentó expresamente para conocer en persona a la gemela Zapata, sobre quien asegura que le gustó al verla por la tele.
La cena entre Cristina y Víctor fluyó con naturalidad y buen entendimiento entre ambos, aunque eran evidentes los nervios, sobre todo en él. En un momento de la cita, ella le confesó que padecía un problema de salud mental que ya había superado prácticamente, se trata de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), que la hacía verificar todo hasta el extremo. El mostoleño también se abrió a contarle que padece enfermedad de Crohn.
En los compases finales, antes de que tomaran la decisión definitiva, Marisa se llevó a Cristina aparte para preguntarle por sus sensaciones, y su hermana aseguró que su cita le parecía una persona ideal pero que no había esa química necesaria que le hubiese gustado tener.
Por tanto, a la hora de la verdad, él dijo que "sí" quería tenero otra cita, y ella, que "no".
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