Sociedad de la Nieve

Las frases más escalofriantes de los primos Strauch sobre 'La sociedad de la nieve': "Cortabas trocitos de carne iguales y nadie se quejaba, estaba todo bien”

Los supervivientes del accidente de los Andes han explicado vivencias, pensamientos y sentimientos 50 años más tarde en el programa de Évole plagados de sinceridad y naturalidad

Un fotograma de "La sociedad de la nieve"
Un fotograma de "La sociedad de la nieve"Imdb

‘La sociedad de la nieve’ se ha hecho con dos nominaciones a los Premios Oscar por la épica narración del accidente de los Andes de un equipo uruguayo de rugby en 1972. La película se ha convertido en un fenómeno que ha provocado que los más curiosos investiguen los secretos y las curiosidades de aquel fatídico vuelo. 72 días en la cordillera, rodeados de nieve hasta ser rescatados. El deseo de seguir con vida les llevo a crear aparatos para saciar la sed, construir gafas, calentarse y, el paso más difícil de tomar, terminar con el hambre. La antropofagia fue un tema que se cuestionó desde un principio pero que permitió sobrevivir a 16 de los 49 pasajeros.

Los primos Strauch narran en Lo de Évole el momento del accidente, las vivencias sobre las cordilleras bajo condiciones extremas, los pensamientos y los sentimientos de forma íntima con frases reveladoras plagadas de sinceridad y naturalidad.

"Si en ese momento hubiéramos sabido que íbamos a estar 72 días dentro, nos pegamos un tiro todos", reflexiona Eduardo.

El frío, la sed y el hambre los llevó a romper el ‘tabú’: “Pensé que teníamos que hacer algo porque de allí no salíamos, y pensé que teníamos que comer los cuerpos. O comíamos y rompíamos el tabú, o nos moríamos”, recuerda 'Fito', que inició la idea, y que, junto a sus primos, Daniel y Eduardo, fueron los encargados de seleccionar una parte de un cuerpo y repartirlo entre todos los supervivientes: “Sacas la piel, sacas la carne, y cortas trocitos de carne parejos, unos iguales que otros, y nadie se quejaba, estaba todo bien”.

Los supervivientes de los Andes fueron los primeros en hacer un pacto de ‘donación de cuerpo y órganos’ en vida. Sin embargo, a la hora de seccionar “nosotros éramos los únicos que sabíamos que cuerpos se habían usado”, explican los primos Strauch. El resto no lo sabía. Es muy distinto decir que hoy se van a comer a Pedro y mañana a Juan, a no saber a quién estás comiendo. Nunca lo preguntaron y nunca lo dijimos, amplia Daniel.

El criterio era seleccionar a las personas menos cercanas, era más fácil”. Lo que en unos primeros días era algo que hacían con dificultad, con el paso del tiempo se practicaba “con total normalidad”.

“50 años después me parce brutal pensarlo y contarlo”, confiesa Eduardo. En aquellas circunstancias “era la vida del grupo, si descontrolabas eso nos moríamos, la riqueza eran los cuerpos”, cuenta ‘Fito’.

El escenario que quedó en la cordillera “era espantoso”, ya que “con el deshielo los cuerpos que habíamos enterrados bajo la nieve se destaparon” y cuando los rescatistas acudieron al lugar del accidente observaron un “campamento de huesos. No había necesidad de gastar energía en guardar huesos”, aclaran.

Al llegar a la civilización no tuvieron opción de esconder el ‘tabú’ que habían decidido romper y el acuerdo al que habían llegado en condiciones extremas de hambre: “No tuvimos más remedio que contar la verdad”. Tras el rescate las familias pensaban que la decisión para alimentarse sería un trauma que les haría enloquecer, pero fue un acto de supervivencia que fue avanzando día tras día. “La psicóloga que nos analizó dijo que no teníamos problema, la terapia la hicimos arriba”, aclaran.

Los primos entienden la dificultad de comprensión generalizada y mucho más la asimilación de un pariente del fallecido. Asimismo, Daniel explica que solo un padre preguntó si podía rescatar el cuerpo de su hijo, lo que implicaba que estuviese en buenas condiciones y no hubiese sido ingerido por sus compañeros.

Tras 10 años, uno de los supervivientes confesó que "daría cualquier cosa por estar una noche más allá arriba". El ser humano busca unión y muchos querían regresar para sentir unión y grupo. "Fuimos secuestrados por una montaña intransigente, h* de pu* qu2 la odiamos los primeros días".

Las imágenes del rescate