De ganar un Goya a marmolista por 700 euros al mes. Así es la historia de Juan José Ballesta en lo nuevo de 'Évole' este domingo

‘’Eres el Justin Bieber español’’, así define Jordi Évole a su próximo entrevistado, Juan José Ballesta. El actor será quien se siente con el comunicador catalán para contar cómo fue su infancia al convertirse en uno de los pocos niños que ha ganado un Goya. El madrileño confiesa que ‘’se rayó y se acabó’’, sentenciando no solo a su futuro profesional sino a todos aquellos profesionales del sector. ‘’Mi padre ha trabajado en la obra y nunca se ha quejado y luego te encuentras con estos actores que se quejan por todo… ¿pero qué haces tío?, tienes una vida de privilegiado…’’, cuenta para luego rematar que ‘’lo que tendría que hacer esa gente es doblar el lomo trabajando en la obra’’.

El presentador de laSexta le preguntó cómo fue todo desde que ganó el Goya. ‘’De los 11 a los 16 años vives unas cosas muy potentes’’, le espeta al protagonista. ‘’Fue un pelotazo, yo al día siguiente no podía salir a la calle", afirma recordando su vida en el momento en el que ganó el máximo galardón español.

‘’Ganas la concha de plata y ahí…’’, se escucha a ‘Evole. ‘’Paré, me retiré del cine. Me rayé y dije ‘yo paso’. Estaba un día en el parque llamando a un amigo mío y le dijeron si quería trabajar de marmolista y yo dije que ‘Yo’. Me dijo que ‘sí’, que por 700 euros al mes’’, le corta el actor para narrar cómo fue tomar la decisión de su vida. Évole, curioso, le insiste que cual es el por qué de dicha decisión. ‘’Quería cambiar de aires. No era feliz, no me sentía con una vida plena y no le veía el sentido. Cada vez veía que iba a ser más famoso, más famoso, y hasta aquí hemos llegado. Se acabó el cine’’, confiesa orgulloso de la decisión que tomó hace más de una década .

El domingo 26 de marzo a las 21:25 podrá verse la entrevista completa a ‘El Bola’ quien no tiene pelos en la lengua para contar su trayectoria. El joven de 35 se muestra orgulloso de haber elegido el camino humilde, viviendo una vida tranquila, y compaginándolo con la interpretación pero sin la vorágine de cuando era un niño.