Ramón García, entre lágrimas, en su regreso a la televisión diaria

El pasado miércoles 2 de octubre, el programa vespertino "En compañía", presentado por Ramón García en Castilla-La Mancha Media, vivió un emotivo momento que dejó a su conductor con lágrimas en los ojos. Durante la emisión, Timoteo, un espectador de 97 años, asistió al plató acompañado por su nieto David, de 27 años. Timoteo había ganado uno de los jamones que el programa sortea entre sus seguidores, y su visita se convirtió en un poderoso testimonio de la razón de ser de este espacio televisivo.

Reivindicó su programa

Ramón García, visiblemente emocionado, compartió con la audiencia lo que había sentido al observar a Timoteo y su nieto antes de comenzar el programa. “Antes de empezar, estaban ahí sentados, y el equipo estábamos todos en una esquina mirándolos... Les decía a mis compañeros que si alguien aún duda de por qué hacemos este programa, es por momentos como este”, expresó el presentador con la voz entrecortada.

El conductor aprovechó el momento para reivindicar el valor de su programa, especialmente en la compañía que brinda a las personas mayores que lo siguen desde sus hogares. “Somos parte de su compañía”, señaló García, reconociendo a la vez el esfuerzo de la familia de Timoteo por cuidarlo y acompañarlo. Esta interacción ejemplificó la importancia del programa, que no solo ofrece entretenimiento, sino también una conexión emocional para quienes, a menudo, se sienten más solos. García también lanzó un mensaje directo a aquellos que cuestionan la relevancia de espacios como "En compañía". “Si alguno de ustedes que está en casa o gente con poca sensibilidad lo duda, este programa es para acompañar a nuestros mayores, para que encuentren un ratito de entretenimiento, de pasarlo bien y de escuchar historias”, subrayó. Este conmovedor momento resaltó una vez más la labor social que realiza "En compañía", reivindicando la necesidad de programas de televisión que, más allá de su función de entretenimiento, sirven como un apoyo emocional y un refugio para muchas personas mayores que encuentran en ellos una forma de combatir la soledad.