Polémica

Trabajadores de la televisión pública estallan por el fichaje de Broncano: "La reputación de RTVE nunca ha estado en niveles tan bajos"

El sindicato, a través de un comunicado, ha criticado fuertemente esta decisión y que con “dinero público se pague a productoras amigas del Gobierno”

David Broncano, presentador de 'La Resistencia'
David Broncano, presentador de 'La Resistencia'MovistarPlus+

Desde que el pasado miércoles saltará la noticia del fichaje de David Broncano por RTVE a razón de 28 millones de euros, las críticas hacia este último movimiento de la radio televisión pública no han parado de cesar. Tras políticos y periodistas, ha llegado el turno a los sindicatos, con el comunicado de prensa de la asociación de trabajadores USO, perteneciente a RTVE, que además de reprochar la incorporación, ha destapado las vergüenzas que se vive dentro del organismo público, señalando al Gobierno de Pedro Sánchez.

28 millones que no tapan las vergüenzas

La astronómica cifra que percibirá el programa “La Resistencia” por RTVE a cambio de dos temporadas, ha causado un profundo disgusto en el entorno de la cadena pública, como por ejemplo el sindicato USO, que no ha dudado en cargar fuertemente contra Concepción Cascajosa, presidenta interina propuesta como consejera por parte del PSOE.

"La reputación de RTVE nunca ha estado en niveles tan bajos, algo que no parece importar a los responsables de gobernar y dirigir RTVE", exponía con fuerza el sindicato USO en el comienzo de su comunicado. "Los trabajadores asistimos a una lucha permanente por intereses ajenos a RTVE que acaban beneficiando los bolsillos de algunos de dentro y de fuera", demanda el sindicato afirmando que el ente público sigue "llenos de Broncanos, Inchaurrondos, Samantas, Cunís, Niergas y derivados, todos pagados a precio de oro mientras se escatiman unas horas extras o unos kilómetros a los trabajadores", haciendo referencia a algunos de los presentadores con mayor salario dentro de RTVE.

Un fichaje que vas más allá de los intereses televisivos, afirmando que el Consejo de Administración es "un coladero de productoras alejadas de su servicio a la sociedad, regalando nuestros impuestos para pagar a productoras amigas del Gobierno".

Muchas preguntas sin contestar

USO finalizaba el duro comunicado lanzando preguntas, que de momento andan sin respuesta, dejando claro su total desacuerdo por este último fichaje: "¿Cuántos programas de producción propia se podrían hacer con los más de 14 millones que cuesta la última compra del Consejo? ¿Cuántos programas propios podrían mejorar sus condiciones?¿Cuántos trabajadores podrían tener un complemento acorde con su trabajo? ¿Cuánta producción propia de puro servicio público se podría abordar? ¿Y retransmisiones?".

Por otra parte, criticaban que "los informativos verán su tiempo de emisión mermado durante más de dos años" y lanzaban una reflexión: "¿Están de acuerdo [los compañeros] con ese mordisco que le dan al buque insignia de RTVE"?

Afirmaban de forma muy tajante: "Nos han vendido" y "Todo para Broncano, al resto migas".

Este comunicado de una parte de los propios trabajadores de RTVE pone de relieve la crisis interna que están viviendo los medios de comunicación públicos bajo el mandato de Pedro Sánchez, no solo en su cúpula directiva, sino también dentro de su plantilla regular, que es la que tiene que tiene que ejecutar finalmente las directrices que les imponen desde arriba.

Resulta algo insólito en España que una cadena pública reste tiempo a su espacio informativo (que teniendo en cuenta que está pagado con los impuestos de los contribuyentes debería ser una de las principales funciones de la cadena), en beneficio de un programa de entretenimiento que, además, ya estaba siendo emitido en una cadena privada.

Muchas son las acusaciones que se han vertido sobre la decisión de los directivos de RTVE porque consideran que se trata de una medida para intentar competir con el programa de "El Hormiguero", de Pablo Motos, que lleva siendo unos líderes de audiencia en esa franja de tiempo tan importante desde hace muchos años. Se le presupone al Gobierno querer hacerle una contraprogramación a un espacio televisivo privado que a veces les critica y, por lo tanto, les es incómodo.