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Estreno

Rutger Hauer: el dios rubio que quiso ser marino

Filmin estrena el documental «Como lágrimas en la lluvia», creado y dirigido por su ahijada, Sanna Fabery de Jonge, y que explora la cara menos conocida de uno de los mejores actores

Rutger Hauer: el dios rubio que quiso ser marino Filmin

«Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia». Esta frase, que hoy es historia del cine, es creación del actor neerlandés Rutger Oelsen Hauer, para su monólogo al final de «Blade Runner» (1982). Poco más que su trabajo es lo que conocemos de este «dios rubio», actor fetiche de Paul Verhoeven, eterno Ètienne de Navarra y mítico replicante Roy Batty, fallecido a los 75 años en 2019. Ahora Filmin estrena el documental de 2024 que sirve de homenaje y de perfil vital del actor, creado y dirigido por su ahijada, Sanna Fabery de Jonge, bajo el título «Lágrimas en la lluvia», y en el que participan amigos, familiares y multitud de estrellas de Hollywood.

Todo comenzó seis meses después del fallecimiento del actor por cáncer de páncreas. La ceremonia de su funeral fue en estricta intimidad por deseo expreso de la familia, pero medio año después sus amigos y seres queridos se reunieron para contarse unos a otros recuerdos relacionados con Hauer y su increíble valor humano. Desde ese mismo instante, Sanna Fabery de Jonge, ahijada del intérprete, empezó a interesarse en homenajear a su padrino a través de material audiovisual y testimonios en entrevista. Pero su gozo se acercó al pozo cuando la mujer de Rutger, Ineke, le confirmó que una inundación había destruido cientos de recuerdos, fotografías y filmaciones que había realizado su marido en vida. Sin embargo, una visita al ático del matrimonio le deparó cientos de filmaciones caseras y material privado, regularmente en Super 8 y VHS, incluyendo vacaciones y momentos cotidianos con su familia. Así descubriremos cómo era el día a día de la familia que engordó su núcleo central con el mejor amigo de Rutger, Marius, hermano de su esposa, y la familia formada por Hans Fabery y su mujer, y sus dos hijos, Sanna y Pleaun. Una compraventa de una caravana uniría a estas familias para siempre.

Entre los tesoros que esconde «Como lágrimas en la lluvia», imágenes inéditas del actor en sus momentos de tranquilidad, haciendo bricolaje con su familia y amigos y dedicado a otra de las grandes pasiones de su vida, el mar. Con tan solo 15 años y tras ser sacado del colegio por sus padres, partió en un barco desde la capital de Países Bajos para recorrer Indonesia y Estados Unidos. Hauer siempre tenía su cámara a mano, ya fuera para grabarle montando a caballo o incluso conduciendo un tren. La vida del actor está llena de aventuras diarias muy parejas a su espíritu. Era de aquel tipo de chicos que se tiraba durante el año a los canales de Ámsterdam sin miedo y pasaba las horas en la calle. Entre las palabras usadas para definirle, la de «dios rubio», «chico salvaje», un «simple campesino luchador con una espada», «intenso», «poeta» y «dulce». Su personalidad se fue forjando durante su infancia con dos padres artistas que se pasaban el día fuera de casa durante semanas, y que acabó con Hauer preguntando en su tierna infancia si la gente le quería. Las imágenes también demuestran que invitaba a sus allegados a preguntarle y dejarse preguntar a modo de entrevista para intercambiar información que permitiera a todos conocerse mejor. Toda su vida fílmica pasa delante de nuestros ojos para enfrentar su profesionalidad a su verdadera naturaleza. Para apoyar estos recuerdos, la directora ha reunido a su ahijado Pleun, su mujer Ineke «Sien», su amiga Ineke Hoogenboezem y su amigo Hans Fabery, padre de sus ahijados. Momentos como la muerte de su amigo Marius nos muestran la verdadera esencia de un gigante de la vida y del cine.

De la envidia de Paul Verhoeven a la admiración de Whoopi Goldberg

►La cantidad de rostros conocidos que desfilan para explicar cómo era Rutger Hauer es abrumadora. Conoceremos de primera mano la impresión que causó cuando conoció a Whoopi Goldberg, que confiesa que solo lloró más en el funeral de su madre que en la muerte de su amigo. También cómo se emociona Mickey Rourke cuando habla de la única persona con la que quería repetir una cena, los testimonios cercanos de los directores Jason Eisener, Anton Corbijn y Robert Rodríguez, y los actores Vincent D’Onofrio, y Miranda Richardson. Sorprende el testimonio de Paul Verhoeven, que se considera responsable de su caída profesional, pero confiesa que siempre envidió ser él.