Estreno

«La caza: Irati», un pueblo entero bajo sospecha

Movistar Plus+ estrena hoy completa la cuarta entrega de esta saga del género thriller protagonizada por Megan Montaner

Silvia Alonso se une al equipo de investigación formado por Megan Montaner y Félix Gómez en tierras vascas
Silvia Alonso se une al equipo de investigación formado por Megan Montaner y Félix Gómez en tierras vascasM+

En la profundidad de la mayor masa forestal de Navarra, llena de miles de hayas y abetos, se esconde una criatura ancestral en plena comunidad con la naturaleza, fauna y flora. Más allá del mito, los árboles centenarios esconden también los secretos más oscuros de todo el pueblo de Irati. Hasta ese escenario se trasladan dos viejos conocidos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el teniente Ernesto Selva (Félix Gómez) y la inspectora, ahora psicóloga en la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo, Sara Campos (Megan Montaner), junto a la capitana Gloria Mencía (Silvia Alonso), para investigar el hallazgo de una mujer asesinada de forma brutal o ritual. Así comienza «La caza: Irati», thriller psicológico, la cuarta entrega de esta saga, creada por Agustín Martínez y producida por José Manuel Lorenzo (DLO Producciones), que combina misterio, drama y suspense, y que hoy estrena sus ocho episodios.

Quien se enfrenta a cualquiera de las anteriores temporadas de «La caza» sabe el disfrute que supone todo el planteamiento que ofrece. Desde el principio, nos atrapa con sus escenarios de gran belleza, pero misteriosos, ocultos y oscuros, que condicionan la vida de sus habitantes, y los crímenes que se cometen allí. En este caso, la ficción se ubica en un bosque inhóspito y peligroso, rodeado de mucho misticismo que se mezcla con una población cercana a lo salvaje y llena de secretos y mentiras. Pronto el cuerpo encontrado abrirá la caja de Pandora de muchos problemas más en una de las temporadas más retorcidas de «La caza». Es un lujo recuperar a Montaner en un papel que le viene como anillo al dedo, y que tras los últimos acontecimientos, vía «spoiler», la privó de su marido Víctor (Alain Fernández), y la dejó más tocada de lo que parecía. El viaje a Irati también es un periplo personal de la inspectora que trazará un arco argumental que puede dejar a más de uno sentado sin moverse delante del televisor.

Qué decir del delicioso papel que lleva ejecutando Félix Gómez, que traza una línea clara de decadencia de Selva, marcado por cada cigarro, un pasotismo abismal y pensamientos cercanos a la retirada del servicio con su habitual sorna y mal humor. Por supuesto, la incorporación de una tercera pata a esta silla, Silvia Alonso como Gloria, crea el caos dentro de, hasta ahora, un estable equipo de investigación, pero también amplía miras de cara a la investigación, y aporta taras nuevas que permiten desarrollar tramas individuales para cada uno de los tres protagonistas. Completan el reparto, Ángela Cremonte, Eloy Azorín, Marian Hernández, Carla Campra, Miguel Garcés, Claudia Salanueva, Pablo Louazel, Daniel Lorenzo, Unai Mayo y María Romanillos, entre otros. Mención especial para el trabajo del actor Roger Casamajor como (Julen). Gracias a él podemos tomarle la temperatura a Irati; saber cómo respira el pueblo cada vez que un nuevo crimen o amenaza se cierne sobre la localidad. La angustia, la tristeza existencial y la sensación de perderse son armas que el intérprete borda.

Esta cuarta entrega de la saga «La caza» comparte con sus hermanos muchos de los puntos fuertes que convierten a la serie en una imprescindible dentro del género. La ficción lleva al espectador de la mano hasta una vista aérea de un paisaje donde más tarde va a dejarle caer a su suerte. Jugará con su mente creando mil «whodunit»; incontables dudas para que vaya botando de uno a otro sospechoso, e incluyendo subtramas más o menos delictivas, que van desde las chiquilladas a lo penal, y que pretende desconcertar al fan. Ya les digo que lo consigue. También comparten las cuatro entregas pasión por el paisaje. Vocación de hacerle partícipe de la acción, incluso tomándose la libertad creativa de dejarnos contemplar los escenarios con un gusto morboso y bello al mismo tiempo. Además de jugar con otro de nuestros sentidos, y si no, escuchen al principio de cada episodio de «Irati».

Pero si algo distinto tiene este nuevo destino es que hay mucho más en juego para todos. Para los actores, porque se profundiza en su psique hasta la locura; en los espectadores, porque exprime al máximo la capacidad de paciencia y comprensión de lo que está viendo en la pantalla; y para su género, porque mezclar el thriller con el suspense a ese nivel puede llegar a desgastar (pasando por las subtramas), pero siempre ofrece un claro en mitad del bosque. Aunque eso, en este caso concreto, no sea un alivio.