¿Cuál es el curioso cambio que se hizo en un monumento español para “La Casa del Dragón”?

El monumento ecuestre de Francisco Pizarro, ubicado en la Plaza Mayor de Trujillo, es una obra del escultor estadounidense Charles Cary Rumsey. Inaugurada en 1929, tras haber sido exhibida en la Primavera de la pintura y la escultura del Grand Palais de París, esta estatua ha sido testigo de la historia y la cultura de la ciudad natal del famoso conquistador. Pizarro, recordado por liderar la expedición que conquistó Perú, es representado en bronce sobre su caballo, en un pedestal de granito que domina la plaza.

Recientemente, esta plaza fue elegida por HBO para representar Desembarco del Rey en la serie “La Casa del Dragón”. La elección de Trujillo no es casualidad, dado el apego de HBO por las locaciones en España, ya mostrado en “Juego de Tronos”. Sin embargo, el equipo de producción encontró un desafío: la estatua de Pizarro no encajaba en el mundo de Poniente. Para resolver esto, utilizaron CGI para eliminar la estatua y transformaron el pedestal en un monumento a un dragón, creando así una ambientación más acorde con la fantasía de la serie.

Durante dos semanas, Trujillo se convirtió en un set de rodaje de la popular serie de Max, blindado con fuertes medidas de seguridad. La ciudad acogió al equipo de producción en varios de sus lugares emblemáticos, incluyendo el Arco de la Estrella y las plazas de San Mateo, San Pablo, San Jorge, Santa Ana y Santa María, además de la calle Amargura. La Plaza Mayor, con su despliegue técnico y humano, fue uno de los escenarios más destacados. La intervención generó gran expectación entre los habitantes y visitantes, quienes pudieron ver de cerca la magia de la televisión.

Esta transformación temporal del monumento de Francisco Pizarro ha dejado una huella en la memoria de Trujillo. Aunque no ha faltado quién haya encontrado el cambio temporal un insulto a la historia, lo cierto es que el mayor sentimiento despertado es el de la curiosidad y ahora el monumento es más reconocido y visitado que antes, demostrando que el arte y la historia pueden fusionarse con la tecnología para crear nuevas narrativas y promocionar lugares y emblemas como este. La adaptación del monumento para “La Casa del Dragón” es un ejemplo fascinante de cómo las producciones modernas pueden respetar y reinterpretar el patrimonio histórico para contar historias que capturan la imaginación de millones.