Estreno

"Dark Winds", una denuncia implacable

La serie estrena su segunda temporada en AMC y llega más oscura, más intensa, debatiéndose entre la ficción y el retrato más honesto de una realidad

Dark Winds
Dark Winds Michael MoriatisAMC

Aunque a los primeros capítulos de la temporada de presentación de “Dark Winds” les costó captar la atención del público, poco a poco la serie se fue consolidando hasta convertirse en, no sólo una de las más vistas y de mayor impacto del año pasado, sino también en una de las mejor valoradas por la crítica, tanto que en la página especializada Rotten Tomatoes sigue calificada con un 100%. También es cierto que habría costado trabajo entender esta serie como un fracaso, si debajo de la etiqueta encontramos los nombres de los productores, y, entre ellos, aparecen George R.R. Martin (“Juego de tronos”) y Robert Redford, entre otros.

Lo cierto es que tardaron poco para anunciar una segunda temporada (y una tercera, que ya está firmada) y dependerá de la respuesta del público, o de la creatividad del creador Graham Roland (“Jack Ryan”, “Fringe”), ir a más, pues la fuente de la que se nutre este thriller policíaco tribal es la serie de novelas “Leaphorn and Chee” del talentoso autor Tony Hillerman, que ofrecen una reflexión serena y elegante sobre la raza y la identidad.

Si bien los hábiles creadores de la serie capturan de manera perfecta esta temática, brindando una narrativa que destaca por su profundidad y sensibilidad, la producción ha sabido trasladar esas características a la pantalla con una cinematografía excepcionalmente lograda y una magnífica dirección de fotografía que captura con detalle los cielos y colinas del oeste americano, erigiendo a “Dark Winds” como una impactante serie “noir”, un western completamente diferente, adaptado a otro tiempo y con una perspectiva que nunca había sido explorada con tanta profundidad. Su retrato honesto de la realidad de los indígenas (aunque algunas comunidades se han quejado por ciertas impresiones y generalizaciones con otras comunidades que les resultan incómodas. Antes habían protestado por la no inclusión de su idioma, algo que en esta temporada se ha sabido manejar mejor), la denuncia de una corrupción impune, y especialmente, la reflexión sin concesiones sobre el estado de la sociedad estadounidense en general y su relación con las comunidades indígenas en particular, revelan un racismo del cual se habla con menos frecuencia que el dirigido a otras comunidades. Por eso la desconfianza y el resentimiento llegan a ser tan palpables en la producción que casi son un papel en sí mismas.

En esta segunda entrega, la serie, aunque alterada respecto a la novela original en la que se basa, se ambienta años después de la explosión en Drum Co, donde falleció Joe Leaphorn Jr. La primera escena, en blanco y negro, muestra a Leaphorn (Zahn McClarnon) y Manuelito (Jessica Matten) persiguiendo a alguien en el desierto. Al llegar a la guarida del malhechor, se encuentran solos, ya que los refuerzos están a tres horas de distancia. La narración retrocede días para revelar los eventos que llevaron a los oficiales de la Policía Tribal Navaja a su situación actual.

El mal camino comienza con una explosión en la clínica donde trabaja Emma Leaphorn (Deanna Taushi Alisson), matando a Emerson Charley, un hombre navajo con poco tiempo de vida debido al cáncer. Mientras tanto, Rosemary Vines (Jeri Ryan), de una rica familia blanca, contrata a Chee (Kiowa Gordon), ahora detective privado, para recuperar una misteriosa caja. Las tramas se entrelazan al descubrir que Rosemary es la esposa de BJ Vines (John Diehl), actual dueño de las tierras donde estaba Drum Co. Leaphorn, Manuelito y Chee se ven obligados a unir fuerzas para atrapar al responsable de las explosiones y asesinatos en la reserva india.

Se exploran cultos aparentemente nativos, las terribles consecuencias del Acta de Planificación Familiar de los 70 y la aparición de un siniestro carnero de tres cuernos. La serie inicia en julio de 1971, destacando el descubrimiento de una pieza del Apollo 15, que sirve de pie para revelar el escándalo relacionado con los astronautas del proyecto espacial, que intentaron lucrarse ilegalmente. Se fusionan explosiones y exploraciones para contar la otra cara de la explotación, incluyendo tensiones entre el gobierno federal y las leyes nativo americanas, así como conflictos intrafamiliares.

Es cierto que todos estos argumentos hacen que esta segunda temporada parezca un poco más oscura que la anterior, pero al mismo tiempo no da un respiro y mantiene la tensión en lo más alto en cada uno de los seis episodios de 45 minutos que la componen. El primero de ellos se estrenará en el canal de televisión AMC, el jueves 16 de noviembre a las 22:10h; mientras que los siguientes episodios se irán estrenando en exclusiva semanalmente en el mismo canal.

“Leephorn and Chee”, una fuente inagotable

La serie de novelas de Tony Hillerman, “Leaphorn and Chee”, es tan amplia que, si George R.R. Martin, Robert Redford y sus socios en la producción de esta ficción quieren, podrán tener todas las temporadas que el público demande, ya que son casi 30 títulos los que la conforman. De hecho, la novela que dio título a la producción, “The Dark Wind”, es el quinto libro de este compendio, mientras que “People of Darkness”, el texto que se ha adaptado para la segunda entrega que mañana se estrena, es el cuarto. Pronto sabremos en qué libro se basa la tercera temporada, pues firmada está.