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Eduardo Casanova: «‘Amar es para siempre’ ha dignificado las series diarias»

Lleva dieciocho años al frente de la mítica serie de Antena 3 que dentro de poco se despide de los espectadores con un desenlace de altos vuelos

Eduardo Casanova, director de 'Amar es para siempre'.
Eduardo Casanova, director de 'Amar es para siempre'.Manuel FiestasAtresmedia

Eduardo Casanova lleva dirigiendo «Amar es para siempre» dieciocho años. Un ritmo frenético que impone el rodaje de una serie diaria y que lleva con una calma de otros tiempos y un equipo que funciona como un «reloj suizo». Ha hecho historia en Antena 3 capaz de fidelizar a varias generaciones ante la televisión, pero ahora toca despedirse porque amar ya no es para siempre.

¿Cómo han sido los últimos días de rodaje?

Una mezcla de sentimientos. Cuando grabé el final, lo que es el epílogo, pensé que iba a estar más frío, pero qué va, en algunas secuencias me costó mantener la templanza. Son secuencias con una carga dramática tremenda, ya no solo como director o una persona que lleva 18 años trabajando, sino como espectador escuchando en los monitores, te metes tanto que te vienen muchas emociones.

Ya cuando se anunció el final de la serie aseguraron que iba a ser un cierre por todo lo alto.

Vamos a mantener en vilo a la gente, pero puedo decir que sí va a ocurrir lo que el público lleva mucho tiempo esperando, que es que vengan todos los familiares de los asturianos.

¿Todos?

Podemos hablar de la gran mayoría.

¿Cómo se aguanta durante dieciocho años el ritmo de un rodaje diario?

Mantener un sistema de trabajo que permita llegar a todas las unidades es fundamental. Son dos todos los días y muchos, tres. Tengo un equipo fantástico. Los años de andadura ayudan y siempre hemos funcionado como un reloj suizo y si eres templado pues te va a ir mejor. Son muchas horas de estudio para los actores, pero las de rodaje son las que tienen que ser e intentamos compensar y que haya lujos como poder parar diecisiete días en Navidad.

Se ha visto en esta última temporada que incluso han querido dar un paso más.

Creo que es lo mismo, pero dejándonos el alma por parte de todo el mundo, desde la escritura al último. Y luego el esfuerzo por reunir a tanto personajes emblemáticos y tratar de traer a los hijos de los asturianos, que no ha sido fácil porque son muchos, tienen sus propios compromisos y nosotros los nuestros de rodaje. Cuadrar eso ha sido complicado, pero lo hemos conseguido.

¿Cuesta despedirse de una serie así cuando está en lo alto, a pesar de llevar 18 años?

Muchísimo, aunque mejor dejarla así que a los pies de los caballos. Nunca sería un buen momento para terminar con «Amar», pero de hacerlo es mejor con éxito. De la otra manera se nos quedaría un sabor amargo y así se nos queda agridulce. Nos vamos por la puerta grande aunque triste porque cuesta. Todo tiene un principio y un final y somos unos privilegiados por haber estado 18 años haciendo una serie. Esto es una locura. No lo entiende nadie. Han sido ininterrumpidamente, jamás se ha parado de emitir, salvo el primer año en verano. Tengo la certeza de que esto no va a volver a ocurrir.

¿Es la época dorada para las series diarias?

Es un producto que fideliza y eso no es fácil. Las plataformas están viendo que no hay fidelización, tú entras, pero te sales cuando te deja de interesar. Lo que se está tratando es fidelizar y eso se consigue con la serie diaria. «Amar» ha tenido mucha culpa de ello, dignificamos lo diario y la capacidad de generar el hábito en el espectador para que todos los días se conecte con tu canal, eso es importantísimo y por eso están en auge.

¿Cree que son exportables a las plataformas tipo Netflix, Prime Video...?

Sé que están trabajando en ello, en series diarias muy potentes con elevados presupuestos.

¿Cuál es la clave para mantenerse 18 años?

Si lo supiera solo haríamos series de éxito. No sabiéndolo hay cosas que ayudan a que esto haya pasado. Las historias que hemos contado y el respeto y rigor con el que lo hemos hecho. Hemos relatado la historia de nuestro país de una forma amena viendo cómo les afectaba a nuestros personajes, sin darte cuenta las cosas ocurrían: huelgas, guerras... Se han juntado varias generaciones en el salón de casa para ver qué pasaba. Se abría una ventana nueva. Cambiar elencos y decorados todos los años creo que también ha ayudado, pero hay series que también lo hacen y no les ha funcionado.