«Ted Lasso», regresa el héroe del fútbol moderno

Las separaciones, tanto profesionales como sentimentales marcan el arranque de la tercera temporada de «Ted Lasso». Este gran éxito, que triunfó en los Emmy como mejor comedia cogiendo el testigo de otros grandes fenómenos como «Modern Family», es el gran baluarte de Apple TV+, una plataforma que sigue creciendo y consolidándose gracias a contenidos exclusivos como esta ficción futbolera.

Sin embargo, en esta nueva entrega el protagonismo se reparte con Nathan. El exayudante del Richmond ahora es primer técnico del West Ham, quien además cuenta con el apoyo total de su presidente, quien busca con su contratación desestabilizar al que fue su equipo en propiedad. Tras vivir infravalorado durante años en su anterior puesto, Nathan intentará cubrir su inexperiencia con autoridad y carácter, aprendiendo en parte de las secuelas que le han dejado sus anteriores superiores, que no Ted Lasso.

Aunque como ya se sabe, «a rey muerto, rey puesto». El veterano futbolista y capitán Roy, que hace referencia a un célebre jugador inglés, ha pasado a ocupar el puesto de Nathan mientras trata de restaurar su vida sentimental. Roy, quien en las anteriores temporadas no era capaz de asumir el paso del tiempo y la necesidad de dar un paso a un lado, ahora afronta la realidad de golpe, mientras sigue compartiendo vestuario con sus antiguos compañeros de equipo. Una transición dolorosa.

Pero la gran novedad de esta tercera temporada es la adjudicación de las licencias de imagen de los clubes de la Premier League, un factor fundamental para sumergirse en la idiosincrasia del fútbol británico. Estadios como el Olímpico de Londres en el que juega el West Ham serán escenarios de la ficción, así como sus instalaciones técnicas.

Más allá de novedades, el personaje de Ted Lasso sigue siendo la magia de esta serie. Tiene todo lo que un protagonista de be tener: carisma, una caracterización identificable y un relato coherente. Él también ha tenido que distanciarse de su familia, ahora de su hijo pequeño. Después de que varios de sus grandes apoyos, profesionales y personales, le hayan abandonado en busca de un futuro más próspero, él se refugiará más que nunca en el trabajo. Un viejo recurso.

Su rivalidad con Nathan atravesará el terreno de juego. Como cualquier deporte mediático, los partidos se empiezan a jugar en la sala de prensa. Pero allí Ted Lasso no tiene rival, aunque triunfe a su forma. El técnico norteamericano ya se ha integrado en la cultura y el humor británico, aunque aún se resiste a abandonar ciertos americanismos, los cuales no suelen funcionar ante la prensa.

Precisamente, seguirá siendo la prensa otro protagonista de la trama, aunque renovada con nuevos personajes. El banquillo del Richmond seguirá siendo sensible a la influencia del cuarto poder. Las redes sociales tratarán de desestabilizar el clima en el vestuario, donde parece que el cambio de rol de Roy ha sumado equilibrio.

Así, durante esta nueva campaña rivalizarán dos estilos opuestos: el de la pompa y el glamour del West Ham londinense y la modestia y filosofía del Richmond, un club con orígenes familiares y dirigido por una mujer que ya sabe lo que es llevar a su equipo hasta la mayor de las élites. Unos celebrarán glamourosas presentaciones y puestas de largo, mientras que Ted bajará a las cloacas (literalmente) cuando le parezca necesario. Además, con algo que ningún otro club de la Premier League podrá competir es con la presencia del Richmond en el Videojuego «FIFA 23», con Sudeikis como entrenador seleccionable.