San Isidro

Brutal cornada a Perera y triunfo de Rufo ante excelentes novillos de El Juli

Perera se llevó una herida por asta de toro de 40 cm de trayectoria

MADRID.17/05/2021.Feria de san Isidro en la plaza de toros de vistalegre . Manuel Perera . Novillada Rubén Mondelo
MADRID.17/05/2021.Feria de san Isidro en la plaza de toros de vistalegre . Manuel Perera . Novillada Rubén MondeloRuben MóndeloLa Razón

La muy grave cornada sufrida por el extremeño Manuel Perera, con evisceración de parte del paquete intestinal, y el triunfo de tres orejas del toledano Tomás Rufo fueron la cruz y la cara del festejo de hoy en Vistalegre, en el que se lidió una novillada de El Juli de juego excelente. El percance de Perera, además del fuerte impacto entre el público, restó alegría a una tarde que caminaba por la vía del triunfo, en tanto que los utreros del famoso torero, con el hierro de El Freixo, iban uno a uno poniéndoselo en bandeja a los novilleros.

Precisamente por asegurar el suyo con el tercero, tras una faena decidida y animosa desde que lo recibió de salida en los medios capote a la espalda, el novel de Badajoz se tiró a matar con tanta rectitud que se echó él mismo encima del pitón derecho del novillo, por lo que el animal no tuvo más que empujar para herirle y colgarle a plomo por la región inguinal. Cuando cayó al suelo, parte del paquete intestinal de Perera ya asomaba por encima del bordado de su taleguilla, mientras permanecía rígido sobre la arena antes de ser trasladado a toda prisa a la enfermería, con la sensación, luego confirmada, de que llevaba una muy grave y extensa cornada.

Fue entonces, mientras el doctor Crespo comenzaba su intervención, cuando la cuadrilla dio la vuelta al ruedo con el trofeo que se concedió a Perera de un ejemplar bravo, repetidor incansable y entregado de principio a fin a los vuelos de la muleta exigente, pero no siempre templada, del entusiasta y variado extremeño. En la otra cara de la moneda se situó el triunfo redondo de Tomás Rufo, novillero cuajado que, aun así, por desigualdades técnicas y de colocación ante los pitones, no terminó de cuajar como merecían las dulces, rítmicas y enclasadas embestidas del tercero, en un trasteo de desigual compás e intensidad.

También el quinto, el más basto de hechuras del fino lote, humilló mucho, aunque sin repetir tanto. Y Rufo, ahora sí, se gustó, ajustó y relajó más y mejor, sobre todo toreando al natural de mitad de faena en adelante, cuando logró la mayor conjunción con un animal al que mató de una estocada volcándose en el morrillo, dispuesto a redondear su marcardor.

También paseó un trofeo Antonio Grande, en su caso del primero de la tarde, que ya marcó la calidad del resto del encierro. Una gran estocada contribuyó básicamente a la concesión de ese trofeo, pues el salmantino, con una crispada y encimista búsqueda de la hondura, no llegó a apurar la buena condición del de El Freixo. Algo similar, aplicando el mismo concepto, le sucedió con el también excelente cuarto, así que cuando siguió insistiendo con el desarazado sexto, que mató por Perera, ya era tarde para remontar el ambiente entre un público que seguía pendiente de la enfermería.