Festejos

Hita, ejemplo de autogestión y orgullo ganadero

Álvaro Polo hará mañana de empresario y ganadero en el primer festejo de este pueblo en tres lustros

Imagen del palenque de Hita
Imagen del palenque de HitaS. Moreno

Catorce años han pasado desde que se celebrase el último festejo en el municipio medieval de Hita (Guadalajara) y su palenque rectangular, habitualmente empleado para festivales medievales o festejos populares. Desde que Adolfo Martín dejara en 2007 de celebrar su tradicional corrida de toros allí, todo un evento para la región, esta localidad alcarreña sería víctima de la crisis económica de 2008. Tras años de bonanza, en pleno auge de las urbanizaciones y estar en el primer plano taurino, Hita volvería a la realidad de sus 250 habitantes y economía rural, basada en el espárrago.

Además, de la multitud de huellas medievales que hay en su casco histórico, como las ruinas de su castillo o los monasterios de la zona, el palenque -que sirve de ruedo improvisado- es otras de sus señas de identidad. «Como explica el propio ganadero Álvaro Polo, en un albero que no es circular se manifiestan mucho más las querencias del animal. El manso, al igual que en un ruedo normal busca las tablas, en un rectángulo se cobija en las esquinas.

Pero además de su enclave, este festejo resulta especial por la organización que tiene detrás. El promotor de la novillada de este domingo ejerce también las labores de ganadero. Además de su amor por la región alcarreña, donde ya ha gestionado otras plazas como la de la propia Guadalajara, Sacedón o Torija, ha sido la devaluación del toro de lidia lo que le ha llevado a celebrar su propio festejo. «Estaba cansado de que los empresarios me ofrecieran por mis toros lo que yo invierto solo en pienso. Las novilladas no han cambiado tanto. Antes de la pandemia nunca se ingresaba en taquilla más del 50% -volumen de aforo actual- y los derechos audiovisuales no han descendido, por lo que este ganadero no entiende «que me ofrezcan por una corrida solo el 30% del valor de mis animales. Entiendo una reducción del 25%, como el resto de los profesionales, no del 70%. Al haber mucha más oferta que demanda es normal que el producto se devalúe pero no podemos regalar animales. Además, la publicidad y la televisión son dos buenas vías para compensar las posibles pérdidas en taquilla».

El empresario está muy agradecido porque el Ayuntamiento de Hita se ha volcado con la celebración del festejo, sin embargo, la financiación del festejo recae solo en la responsabilidad de Álvaro. «Hemos encontrado 27 anunciantes para que el festejo fuese viable, sin ellos habría muchas posibilidades de tener pérdidas», el eterno riesgo del empresario. El ganadero tiene claro que su faceta de gestor es algo puntual, y que todos los réditos que obtenga de este festejo «serán reinvertidos en mis animales», unos 320 en total. Sus novillos «requieren ser tratados con suavidad para exprimir toda su clase», como lo intentarán este domingo en Hita Ignacio Olmos, Víctor Hernández y el mexicano Arturo Gilio.

El propio Álvaro Polo reconoce que este modelo de autogestión, a lo «Juan Palomo» ya venía existiendo desde hace años. Siempre ha habido ganaderos de primer nivel asociados a un festejo en una modesta localidad, cuya corrida se convierte en un evento anual para toda la región. Así lo consiguió el propio Adolfo Martín en Hita o Victoriano del Río en Aranda de Duero durante varias temporadas. Al mismo tiempo reconoce, que al igual que ha contado con el apoyo del ayuntamiento alcarreño no ha recibido respuesta de la Fundación del Toro de Lidia. «Me puse en contacto con uno de sus representantes, pero no obtuve ninguna sugerencia», cuenta sorprendido Álvaro, ya que el trabajo de la Fundación ha destacado siempre por impulsar las novilladas y recuperar plazas en desuso en zonas rurales, por lo que el proyecto de Álvaro Polo parecía encajar con su filosofía. Pero de una manera u otra Hita puede celebrar el regreso de la Fiesta casi tres lustros después.