San Mateo 2021
Oreja de poco peso para Ferrera de un “zalduendo” que mereció más en Logroño
El diestro Antonio Ferrera cortó una oreja de poco peso específico a un buen toro de Zalduendo al que no acabó de aprovechar
No empezó nada bien el mano a mano con un primer toro que ya de salida se vio que apenas iba a durar un suspiro. Un “zalduendo” sin raza, al que le costaba un mundo tirar para adelante y con el que Ferrera medio diseñó una labor tan voluntariosa como insulsa, sin historia alguna y en la que el público llegó a animar al torero extremeño a que dejara de insistir y cortara por lo sano.
El tercero no tuvo nada que ver con el anterior, pues este sí tuvo nobleza y mucha clase para que Ferrera le cortara una orejita merced a una faena en la que, pese a venderlo todo muy bien de cara a la galería, a decir verdad no estuvo a la altura de la calidad del animal, al que le ligó los muletazos por el derecho pero sin estrecheces y haciéndolo todo muy por fuera.
Pero, lo que son las cosas, conectó con los tendidos, que disfrutaron de esa puesta en escena de un torero que llegó a montar un pequeño numerito como tratando de indultar al de Zalduendo, que fue bueno, sí, pero no para tanto. Al final montó la espada, agarró una estocada desprendida y paseó una solitaria oreja.
El quinto fue otro toro que brindó opciones y con el que Ferrera no se acopló en ningún momento a lo largo de una faena demasiado encimista, tropezada y mal rematada con la espada.
El primero de Urdiales fue un toro aplaudido de salida por sus astifinas y serias defensas. Sin embargo, las cañas se tornaron en lanzas cuando el animal comenzó a blandear, dejando prácticamente inédito al riojano con el capote.
Muleta en mano llevó a cabo Urdiales una faena técnicamente impecable, todo a media altura y dando muchos tiempos entre series para dosificar a un animal que, para colmo, acabó rajándose en cuanto se notó podido. La estocada, eso sí, fue de manual, y los tendidos invitaron a su paisano a saludar desde el tercio.
No mejoró el panorama con el soso, manso y muy deslucido cuarto, remiso a cualquier afrenta de Urdiales, que no pudo pasar de las probaturas por uno y otro pitón ante un animal que se negó en redondo a embestir.
Y para completar un lote de lo más imposible, el sexto fue un toro áspero, de esos animales que se agarran al piso, se lo piensan, miden al torero y topan más que embestir. Urdiales trató de buscarla las vueltas pero fue imposible armar faena ante un “zalduendo” que a medida que transcurría su lidia se iba poniendo más complicado.
FICHA DEL FESTEJO.- Seis toros de Zalduendo, correctos de presentación y, salvo el buen tercero (noble, con clase y ovacionado en el arrastre), de poco juego. Sin raza, el primero; muy justo de fuerzas el segundo; manso y muy deslucido el cuarto; noblote el quinto; y áspero y reservón el sexto.
Antonio Ferrera (grana y oro): estocada (silencio); estocada desprendida (oreja); metisaca (silencio).
Diego Urdiales (gris plomo y oro): gran estocada (ovación); pinchazo, estocada y tres descabellos (silencio); pinchazo y casi entera (silencio).
En cuadrillas, Javier Valdeoro y Fernando Sánchez saludaron tras banderillear al quinto.
La plaza registró poco más de medio aforo permitido, establecido en un máximo del 50% del total. EFE
✕
Accede a tu cuenta para comentar