Sevilla

Bilbao, bastión taurino del Norte

Arrancan las Corridas Generales, modélico plato fuerte de la segunda mitad de temporada

Andy Cartagena, durante su actuación de ayer en Bilbao
Andy Cartagena, durante su actuación de ayer en Bilbaolarazon

El prólogo de rejones levantó ayer el telón. Bilbao comenzó su Semana Grande. Las Corridas Generales. Ocho días, de sol a sol, con el toro íntegro como mayúsculo protagonista. Vista Alegre abre sus puertas para demostrar un año más que es referente. Modelo para la mayoría. Ejemplo de gestión y de organización que año tras año se reinventa con un nuevo triple salto mortal con tirabuzón para superarse un poco más. Alicientes y atractivos en los carteles que, al final del ciclo, llegan al mismo denominador: las cuentas salen. Por algo es el gran Everest del segundo tramo de la temporada. Sólo la doble cima primaveral de Sevilla y Madrid se eleva tan arriba en el Olimpo del planeta taurino. Y nadie quiere faltar. En una semana, todas las figuras –con la única excepción de José Tomás, Alejandro Talavante y Sebastián Castella– desfilarán por ese oscuro manto de arena bilbaíno que es el coso de El Bocho.

Una majestuosa fortaleza de casi quince mil espectadores, inexpugnable para los mismos antitaurinos que dejaron desangrarse a Illumbe en San Sebastián, cortesía de Bildu. Aquí los intentos de los abertzale se dan de bruces –como también sucede en Azpeitia, Vitoria, Eibar o Tolosa– con el vigor de una afición de enjundia, volcada con el toro y exigente tanto con el trapío de las reses lidiadas, muy definido a lo largo de los años, como con los toreros. Un apoyo del público que encuentra consenso por parte de las formaciones políticas que comprenden que es mejor no tocar un producto que funciona. Y es que la fórmula de Bilbao con una Junta Administrativa coordinando la gestión de una empresa –la Casa Chopera en este caso– es un modelo a seguir por buena parte de ferias y ciudades del territorio nacional en estos momentos de vertiginoso descenso en el número de espectáculos y de tendidos abonados al cemento en la mitad de sus aforos.

En la Aste Nagusia se cuida todo con mimo y el trabajo de selección de reses, en el campo, y confección de carteles comienza nada más concluir el abono anterior. Este año, de hecho, se subió un peldaño más y la presentación de la cartelería se realizó en la capital de España. Entre los atractivos, dos nombres propios: Enrique Ponce y Pablo Hermoso de Mendoza. El martes dirimirán un interesante mano a mano –con un astado de Victorino Martín cada uno– por sus 25 años de alternativa. 48 horas después, el valenciano repetirá junto a El Juli –que matará el sábado los «SantaColoma» de La Quinta junto a Ferrera y Fandiño– y Perera en un duelo directo de figuras. Entre ambos festejos, otro mano a mano para el miércoles entre Morante y Manzanares. Tampoco faltarán nombres destacados de la temporada como Juan del Álamo, Paco Ureña, Diego Urdiales o Luis Bolívar. Estos dos últimos, fieles un año más al epílogo de Victorino Martín.

Ese mimo también se aprecia fuera de la plaza de toros, porque el espectáculo no se reduce a las dos horas de la corrida. Cada mañana, la actividad taurina arranca con multitud de tertulias y coloquios –como los del Club Cocherito o el Hotel Ercilla–, varios de ellas solapados en su horario, con los propios protagonistas de los festejos. Pura cultura taurina. Sembrar para el mañana. Antes esta misma tarde, Manuel Escribano, Alberto Aguilar y Jiménez Fortes harán el paseíllo para lidiar un encierro de Fuente Ymbro. A las seis en punto. El toro, en toda su integridad asomando de chiqueros. La verdad del toreo. Bilbao. El gran bastión del Norte. Una filosofía de vida.