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Borja Domecq: «Cuando viene gente a comer a mi casa siempre nos preguntan dónde compramos la carne»

El mayoral de las ganaderías de Jandilla y Vegahermosa describe el nuevo proyecto gastronómico en el que él y FEDELIDIA llevan dos años ya embarcados y que ha sido bautizado como «Bravo Gourmet».

Borja Domecq: «Cuando viene gente a comer a mi casa siempre nos preguntan dónde compramos la carne»
Borja Domecq: «Cuando viene gente a comer a mi casa siempre nos preguntan dónde compramos la carne»larazon

El mayoral de las ganaderías de Jandilla y Vegahermosa describe el nuevo proyecto gastronómico en el que él y FEDELIDIA llevan dos años ya embarcados y que ha sido bautizado como «Bravo Gourmet».

El ganadero, anterior titular del hierro de Jandilla que hoy lidera su hijo, está activamente comprometido con FEDELIDIA, agrupación que integra todas las asociaciones del toro bravo de España y que desde hace dos años se ha concentrado en esta propuesta de consolidar la carne de lidia en las principales cadenas de distribución. El ganadero asegura que en su entorno siempre han sabido de la calidad y las ventajas de este producto, pero les faltaba reunirse en torno a una misma idea y forma de explotación. «Cuando venía gente a comer a mi casa nos preguntaban siempre dónde comprábamos la carne. Sin sospechar que procedía de nuestros toros. Eso nos hizo ser conscientes de que contábamos con un producto de calidad, pero que nos faltaba introducirlo en los centros de distribución y contar con una marca e imagen bien posicionadas y reconocidas. Para mantener un negocio o industria se deben aprovechar todas sus posibilidades de negocio, y nosotros teníamos una que no estábamos explotando al cien por cien».

Pero las expectativas de Borja Domecq sobre este proyecto, superan nuestras fronteras. Conoce perfectamente las oportunidades que puede tener en el mercado musulmán, ya que «el ganado vacuno es capaz de ofrecer productos tradicionalmente vinculados en exclusividad al porcino, como el chorizo o el salchichón con una gran calidad», garantiza el ganadero de bravo.

Así las esperanzas y objetivos de este proyecto, inicialmente enfocados en lograr la distinción de «raza autóctona 100%» que otorga el Ministerio de Agricultura, han ido incrementándose exponencialmente.

El mayoral no titubea a la hora de enumerar las razones por las que merece la pena apostar por esta carne: «Es un producto de alta calidad, que da a conocer la tan poco valorada labor de los ganaderos y que significa uno de los pilares en la sostenibilidad de la dehesa nacional». Pero para este ganadero resulta imprescindible acudir al origen de todo, al espectáculo, al festejo en el que tiene lugar la muerte del animal. Algo inalienable del producto final. «La cría de este animal de más de 500 kilos y con más de 4 años de crianza en libertad, sería insostenible sin las corridas de toros y demás festejos. Es un animal creado y criado por y para la fiesta, que luego se convierte en gastronomía, no al revés».