Ferias taurinas

Carretero corta una oreja en la octava de Albacete

El torero Diego Carretero da un pase con la muleta a uno de los de su lote. Foto: EFE/Manuel Podio
El torero Diego Carretero da un pase con la muleta a uno de los de su lote. Foto: EFE/Manuel Podiolarazon

Poco antes de iniciarse la octava función del abono albacetense, una aficionada que atajaba por el callejón camino a su localidad tropezó con el ayuda de unos de los diestros actuantes y le tiró al suelo el botijo que portaba, haciéndose añicos. Mal augurio y mal fario, dicen que conlleva este desastre los que entienden del tema. Y algo de razón llevan, porque la corrida no acabó de irse arriba. En el cartel se anunciaba a tres toreros de la tierra que entre todos sumaban dos corridas esta temporada. Y enfrente se les puso una muy seria corrida de Torrestrella, remendada con un ejemplar de El Ventorrillo, que en conjunto ni dio facilidades ni dejó apenas margen para el lucimiento de sus matadores.

Diego Carretero (silencio con aviso y oreja) fue el único que pudo tocar pelo. Fue tras acabar con el sexto, con el que se peleó buscando que humillara en un trasteo que fue a más y en el que logró varias tandas notables por ambos pitones en el tramo final. Su primero tampoco humilló y tuvo un final de embestida muy molesto, apagándose pronto.

También pudo, y mereció, premio Sergio Serrano (ovación y vuelta al ruedo), pero su tardanza en matar le privó incluso de salir a hombros. Muy dispuesto y entregado, se fue a porta gayola a esperar a sus dos toros, estuvo valentísimo y sacó dos faenas con ritmo, temple y mucho mando que debieron tener mayor recompensa. Se impuso al más encastado segundo y acabó disfrutando al hacer romper hacia adelante al quinto, con el que enardeció a la concurrencia.

Andrés Palacios (ovación y ovación) toreó primorosamente con el capote a su primero, manso y rajado, con el que dejó un ramillete de detalles de gran clase, de toreo caro. El cuarto tuvo muy poco fondo y con él sólo pudo estar voluntarioso.