Actualidad

Toros

Dos vueltas y un toro de María Agustina López Flores destacan en Zaragoza

Foto de archivo
Foto de archivolarazon

FICHA DEL FESTEJO.-

Toros, por este orden, de: María Agustina López Flores, grandón, bravo en varas y a menos en la muleta; Prieto de la Cal, de preciosa lámina pero flojo y sin casta; Benítez Cubero, bueno en el caballo y con calidad medida en el último tercio; Peñajara, sin fuerza alguna; San Martín, manejable aunque a medio gas; y Pedraza de Yeltes, brusco y sin clase.

Octavio Chacón, de rosa y oro: estocada (ovación); y estocada (vuelta al ruedo).

Manuel Escribano, de azul marino y oro: pinchazo, estocada y descabello (silencio); y estocada caída (ovación).

Pepe Moral, de azul noche y plata: estocada (vuelta al ruedo); y estocada en la suerte de recibir (palmas en la despedida).

Al finalizar la corrida, el jurado declaró como triunfador del concurso de ganaderías al toro de María Agustina López Flores, de nombre Creyente, castaño de capa, de 600 kilos y nacido en enero de 2014. El premio al mejor picador recayó en Francisco Romero.

La plaza registró un tercio de entrada en los tendidos.

Dos vueltas al ruedo, una a cargo de Octavio Chacón y otra para Pepe Moral, fue lo que dio de sí el concurso de ganaderías celebrado en Zaragoza, en el que un toro de María Agustina López Flores fue declarado triunfador por su bravura en varas.

Fue el primero de Octavio Chacón, un auténtico "tranvía"de 600 kilos que pasó por el caballo hasta en cuatro ocasiones, cumpliendo en todas y cada una de ellas con fijeza y empuje, aunque después lo acabaría acusando al venirse muy abajo en el último tercio, donde marcó pronto la huida hacia las tablas. El gaditano anduvo con oficio y solvencia para, al menos, justificarse y ser ovacionado.

El cuarto, de Peñajara, no entraría en concurso al acudir solo dos veces al caballo, cuando el reglamento exigía al menos tres puestas. Y no así aguantó el flojísimo animal en la muleta de un Chacón que lo cuidó a media altura con suavidad y componiendo también muy bien los muletazos. Buena estocada y vuelta al ruedo para él.

El jabonero primero de Escribano, de Prieto de la Cal, lució una bonita lámina, pero todo quedó en el continente, pues el toro, muy justo de fuerzas y escaso también de raza, se apagó tras su triple paso por lo montados. El sevillano lo banderilleó con soltura antes de llevar a cabo un breve trasteo en el que ni toro ni torero quisieron demasiada afrenta.

El toro de San Martín que hizo quinto tuvo mejor son para la muleta de un Escribano mucho más metido en materia. Después de otro vibrante tercio de banderillas, el de Gerena anduvo muy dispuesto y solvente alternando ambas manos ante un toro que se dejó aunque con el depósito de gasolina en la reserva.

Cuatro varas tomó el primero de Pepe Moral, de Benítez Cubero, un toro que tuvo luego calidad en la muleta, aunque el castigo en los montados condicionó que el animal no pudiera romper del toro. Así y todo sirvió, y el sevillano lo toreó con elegancia sobre todo por el derecho. También hubo algunas cositas al natural, pero sin redondear. Buena estocada final y vuelta al ruedo para él.

Cerró la tarde un astado de Pedraza de Yeltes que desarrolló muchas complicaciones en el último tercio. Descompuesto, sin clase, brusco... Moral no le volvió la cara en una porfía en la que se mostró por encima de su antagonista.

Efe