Albacete

El examen de septiembre

Oreja por coleta y grave cogida de Filiberto

Filiberto resultó prendido por el quinto novillo de Hermanos Martínez Pedrés
Filiberto resultó prendido por el quinto novillo de Hermanos Martínez Pedréslarazon

Albacete. Segunda de feria. Se lidiaron novillos de Hermanos Martínez Pedrés, muy bien presentados y con mucha exigencia. Los dos primeros fueron los más claros. Más de media entrada.

Ángel Olmo, de purísima y oro, pinchazo, estocada, aviso (oreja); estocada entera, cuatro descabellos, aviso (silencio).

Filiberto, de azul noche y oro, pinchazo, descabello (oreja); media estocada, descabello (vuelta al ruedo que da su cuadrilla).

Álvaro Lorenzo, de azul rey y oro, estocada entera, dos descabellos (silencio); estocada entera (oreja).

Parte médico de Filiberto: «Cornada de 25 centímetros en la cara interna del tercio superior del muslo izquierdo, de carácter superficial, que afecta al abductor y causa desgarros longitudinales a nivel también superficial». Pronóstico: «Menos grave».

De las cuadrillas destacaron Basilio Mansilla, Javier Palomeque, Candelas y Jesús Alonso.

La empresa responsable de la plaza de Albacete, con buen criterio, incluyó en el abono a los tres más destacados del concurso celebrado la pasada primavera en Illescas (Toledo) y cuya final tuvo como escenario esta plaza albacetense. También tuvo el detalle de homenajear a Pedrés con motivo del sexagésimo aniversario de su presentación como matador en la plaza de su pueblo, que no es otro que Albacete. Y, para cerrar el círculo, el ahora ganadero trajo un encierro que supuso una especie de reválida para tres novilleros que debutaron con caballos hace un par de meses y no andan sobrados de actuaciones.

Los novillos de Pedrés tuvieron una presentación excelente, serios, astifinos, cuajados pero sacaron demasiadas exigencias para sus matadores. Sólo los dos primeros fueron más fáciles dentro de una prueba dura y que no aprueba cualquiera.

El novillo que abrió plaza tuvo nobleza y ánimo embestidor aunque tuvo muy justas las fuerzas. Ángel Olmo supo dosificarle con inteligencia el esfuerzo y dejó una faena limpia y muy compuesta en la que dejó ver sentido del temple.

También fue noble y repetidor el segundo, al que Filiberto enganchó enseguida a su muleta, corriendo la mano con gusto y suavidad y dejando unos naturales de muy buen dibujo.

Con el tercero cambió el panorama. No sangró mucho pese a estar un buen rato bajo el peto y llegó muy entero al último tercio, midiendo en todo momento a Álvaro Lorenzo, que no acabó de aclararse con él y pasando más de un apuro.

El cuarto sacó genio en los dos primeros tercios y echó la cara arriba en la muleta, pidiendo que se le hiciese todo por bajo y muy bien hecho, sorprendiendo más de una vez a su matador que no encontró manera de someterlo.

Se ovacionó de salida al quinto, todo un toro, muy serio, largo y engallado al que le costó mucho humillar. No se descolgó en ningún momento y cuando parecía que Filiberto lo tenía metido en el engaño, toreando al natural se descubrió y el animal no perdonó, echándole mano y corneándole en el muslo izquierdo y la ingle. Filiberto fue llevado a la enfermería y su cuadrilla dio una muy merecida vuelta al ruedo.

Con el ánimo encogido por el percance anterior, el sexto puso también las peras muy a cuarto a Lorenzo, que no se escondió y sí, en cambio, dio la cara, porfión, tesonero y muy valiente, aguantando los derrotes del novillo y estando mucho rato ante él. También se llevó una voltereta y se levantó como si nada, siguiendo en el mismo sitio y acabando con su oponente de una gran estocada.