Morante

«Haré todo lo posible por torear en Ronda»

El alta hospitalaria de Morante suaviza la semana más dura de una temporada en la que el sevillano es el gran aliciente

Morante, sonriente y con ayuda de las muletas, sale de la Clínica Quirón de Zaragoza
Morante, sonriente y con ayuda de las muletas, sale de la Clínica Quirón de Zaragozalarazon

Una semana «horribilis». Así se puede definir este corazón del agosto taurino en el que, desde que el pasado sábado un toro de Gerardo Ortega hiriera de gravedad a Morante de la Puebla en Huesca, tan sólo el lunes ha quedado sin la mácula de una sangre que tiña los trajes de luces de estos héroes de carne y hueso. La verdad de la Fiesta, al descubierto. Sin envoltorios. Ayer, sin embargo, entre tanto torero en el hule, llegaba una excelente noticia. Morante de la Puebla abandonó la Clínica Quirón de Zaragoza junto a su esposa y el doctor Carlos Val-Carreres, que ha supervisado toda la recuperación y ahora, recomienda «un mes de rehabilitación antes de volver a torear desde el día de la cornada». Demasiado tiempo. Ronda y su Goyesca esperan.

«Ojalá pueda estar, porque la verdad es que es un día muy bonito y sentiría una pena muy grande si no pudiera estar para hacer el paseíllo esa tarde, o incluso antes, por eso haré todo lo posible para torear ese 7 de septiembre en Ronda o, si se puede, un poco antes», afirmó, «contento» por salir del hospital y esperanzado de llegar a uno de los grandes acontecimientos de esta temporada.

No en vano, su encerrona en solitario con toros de distintas ganaderías en el tradicional festejo rondeño ya ha convertido en misión casi imposible encontrar alojamiento en la ciudad malagueña para ese fin de semana. Apuesta fuerte, de las que necesita la Fiesta y que Morante de ningún modo se quiere perder.

Para lograr la heroica machada, «hay que comprobar la evolución de la herida y ver cómo responde la pierna». «Todavía no podemos pensar en cuál será la próxima corrida ni dar una fecha exacta, el doctor Val-Carreres considera que puede pasar alrededor de un mes desde la fecha de la cornada para que vuelva a poder torear, pero él también cree que la recuperación en cada persona es diferente y el funcionamiento de la pierna será la que marque los plazos», insistió rodeado por más de una decena de medios de comunicación.

Y es que a Morante, sin embargo, le puede más las ganas de toro, de volver a los ruedos con su capote de ensueño y su muleta almibarada. Poderosos argumentos con los que había reventado julio y los mismos derroteros llevaban los primeros compases de agosto. Por algo, era el gran aliciente de la temporada. Morante estaba en un momento de dulce. Y, quizás por esa confianza en la cara del toro, llegó el tabaco de Huesca. El genio de La Puebla carga con el peaje. «Las cornadas son el tributo que tienen que pagar los toreros, la pierna está bien, eso es lo importante, me cogió en un momento en el que yo tenía confianza, más que en el toro, en mí mismo, la culpa es sólo mía», asumió antes de mostrarse «muy agradecido por las muchas visitas recibidas de amigos y compañeros, así como por los mensajes de apoyo también de los profesionales y los propios aficionados.

Ronda es el gran objetivo. No cabe dudas. Pero, antes, por el camino va a quedar más de media docena de compromisos no exentos de gran atractivo. Empezando por su doble comparecencia en Bilbao. Para la primera de ellas, el 19 de agosto, ya existe sustituto: Alejandro Talavante. El extremeño hará finalmente el paseíllo en las Corridas Generales, pese a su ausencia inicial, para alternar en un cartel muy rematado junto a Enrique Ponce y El Juli. Un día antes, el domingo, Morante debía regresar a El Puerto de Santa María para alternar con Finito de Córdoba y el propio Talavante. Su lugar lo ocupará Sebastián Castella, que abrió la Puerta Grande del coso gaditano el pasado domingo. Asimismo, el miércoles será Iván Fandiño el que ocupe la vacante en la Feria de la Virgen del Mar. Completan la terna Ruiz Manuel y José María Manzanares. Almería debía haber sido la primera parada de un maratón de cuatro días consecutivos con escalas en Bilbao nuevamente, Málaga y Sanlúcar de Barrameda, mano a mano frente a El Juli.

Con Cuenca, Palencia y San Sebastián de los Reyes aún en el calendario de agosto, Mérida, otro mano a mano con Talavante estrenará septiembre una semana antes del gran día en la mágica plaza que corona el tajo rondeño.