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Iván Fandiño: «Siempre he sido fiel a mis principios»

El torero de Orduña vuelve a anunciarse en los sanfermines de Pamplona tras cortar un trofeo en la pasada Feria del Toro.

Iván Fandiño
Iván Fandiñolarazon

El torero de Orduña vuelve a anunciarse en los sanfermines de Pamplona tras cortar un trofeo en la pasada Feria del Toro.

A pesar de su corta trayectoria en la Feria del Toro, en cinco temporadas ha pisado ocho tardes el ruedo pamplonés, ha conseguido atravesar la puerta del encierro en tres ocasiones, y ser triunfador de la feria en dos. Diez orejas ha cortado en total, y este domingo va a por todas. Iván Fandiño antes de su único paseíllo en la capital navarra.

–¿Cómo afronta esta nueva comparecencia en la Feria del Toro?

–Con muchas ganas e ilusión. A Pamplona le tengo un gran cariño, es una plaza muy importante para mí. He conseguido ser el triunfador de la Feria del Toro en dos ocasiones.

–¿Qué balance hace de la pasada temporada en Pamplona?

–Me quedé con ganas de más. Mi balance en esta ciudad es de tardes muy importantes, y el año pasado, que tenía muchas cosas preparadas, por las circunstancias no pude. Me quede a medias.

–Grandes triunfos en la capital Navarra, ¿se considera un torero de Pamplona?

–No sé si seré un torero de Pamplona, pero lo que sí es cierto es que esa plaza me ha visto triunfar muy fuerte. He tenido tardes importantísimas y en las que me he sentido muy a gusto. Es una plaza muy importante para mí.

–¿Qué le ha aportado esa plaza a su toreo?

–Seguridad. Siempre que voy a Pamplona siento la seguridad de que todo el mundo que está en la plaza se preocupa por ver lo que está pasando en el ruedo.

–El domingo lidiará la corrida de Pedraza de Yeltes, ¿qué sensaciones tiene al respecto?

–Es una ganadería que, en mi opinión, va a ser muy del gusto de Pamplona. Es un hierro que se mueve y tiene transmisión en sus embestidas. Por lo tanto, para mí es algo importante y voy con sensaciones muy positivas. Soy consciente de que los ganaderos han puesto mucho énfasis en su presentación.

–¿Confía en ella?

­–Sí, por supuesto. Hay que pensar que todos los ganaderos van con las ganas de que todo vaya bien, y por lo tanto, si a todo eso le añadimos que es su presentación en Pamplona, una plaza soñada para todos los ganaderos, yo creo que hay que tenerle mucho más respeto. Van a ir con toda la artillería.

–¿Ha lidiado alguna vez el hierro de Pedraza de Yeltes?

–Sí, en Azpeitia.

–¿Cómo se encuentra físicamente de cara a este compromiso?

–Bien. Afrontando una temporada importante y decisiva. Me encuentro con el ánimo por las nubes, esperando que pasen cosas positivas.

–¿Cómo se está entrenando?

–Normalmente siempre tengo la misma preparación. Ahora mismo me encuentro de lleno en el campo, en la ganadería de mi amigo José Luis Pereda, intentando aislarme de todas esas cosas que a uno le puedan distraer. Estoy centrado en mi toreo.

–En los momentos previos a un festejo, ¿le gusta seguir entrenando o prefiere desconectar y reflexionar?

–Hago las dos cosas. Entreno y me gusta aislarme, pensar en mí y en todo lo que pueda suceder.

–Cada plaza tiene su idiosincrasia, y la de Pamplona es la fiesta, ¿cómo afronta personalmente este destalle cuando va a torear?

–Yo por mi experiencia, siempre que he toreado allí y, siempre que suceden cosas de verdad, la fiesta se hace fiesta pero siempre se hace con lo que está pasando en el ruedo. Yo en ese aspecto, en ningún momento me he sentido que haya pasado desapercibido. Siempre que ha habido triunfos, se nota que la gente del sol también se da la vuelta y quiere ver lo que está pasando en el ruedo. Es una plaza con mucha personalidad pero que al final, como en tantas otras, cuando suceden cosas de verdad, el público se centra en ello.

–¿Torear en Pamplona le hace replantearse el buscar un repertorio más llamativo para lograr acaparar la atención de público pamplonés, sobre todo al de sol, o uno sigue fiel a su concepto?

–Yo siempre he sido fiel a mis principios. Todos los toreros somos diferentes y en cada plaza caben todos los estilos. Hay público para todos los gustos. Los toreros tienen que ser como son y, no por torear en un sitio, han de cambiar su concepto.

–¿Cómo definiría su toreo?

–Clásico, con fuerza, entrega y pasión. Un toreo de sentimiento.

–¿Se considera exigente consigo mismo?

–Sí. Muchísimo.

–¿Ha alcanzado el punto más álgido de su carrera, o uno nunca se conforma con el triunfo?

–Pienso que aunque un torero se vaya, nunca jamás debería de alcanzar su punto álgido, porque entonces se quedaría sin nada que poder ofrecer y buscar. Eso terminaría matando al torero.

–¿Qué sueños le quedan por cumplir?

–Todos. Ahora mismo volver a ponerme en el sitio que quiero del escalafón. Volver a cuajar tardes importantes y llenar todas las ferias de España y Francia.

–¿Cuál es el mayor fracaso para un torero; ser cogido por no haber sabido estar en el sitio, o ser incomprendido por el público?

–El mayor fracaso para un torero, por lo menos para mí, es sentir que no has sido capaz de hacer lo que sentías. El llegar a la habitación del hotel y no sentirse vacío. Ese es el mayor fracaso. Cuando un torero está satisfecho y llega al hotel orgulloso de sí mismo, ahí no hay fracaso.

–Un deseo para esta temporada.

–Conseguir todos mis sueños en la plaza.