Lima

Paco Ureña corta una oreja en Lima

Paco Ureña pasea el trofeo en Lima
Paco Ureña pasea el trofeo en Limalarazon

El diestro lorquino Paco Ureña ha sido el triunfador de la segunda corrida de la Feria del Señor de los Milagros en la plaza de Acho, tras haber cortado la única oreja de la tarde a los miuras que estuvieron desiguales en presentación y juego. Sus compañeros de terna, el murciano Rafaelillo y Manuel Escribano, no tuvieron suerte con sus lotes, según informa Efe. Paco Ureña cortó una oreja con el sexto de la tarde, que embistió con mayor claridad y recorrido del encierro. Incierto de salida no permitió acoplarse a Ureña por el peligro sordo que llevaba. Tomó dos varas, la segunda protestada. Tras las banderillas, el de Lorca brindó al novillero peruano Joaquín Galdos. En los muletazos de tanteo el toro se coló por el pitón izquierdo por lo que Ureña se abocó a lidiarlo por el derecho, llevándolo a media altura sin exigirle para luego ajustarse a su embestida en las series siguientes. Estuvo valiente considerando el peligro que tenía el toro, que al menor descuido se quedó cortó y le propinó una fuerte voltereta de la que se recuperó para rematar la faena. Con un pinchazo y una estocada arriba cortó una oreja, con el aval de la mayoría de asistentes.

Con el tercero, terciado y justo de fuerzas, Ureña intentó por derechazos que resultaron cortos porque el toro embestía a media altura y reponiendo. Silencio y pitos para el toro. Al primero de la tarde, Rafaelillo lo toreó verónicas que arrancaron las primeras ovaciones. Pero el astado fue perdiendo fuerzas en los tercios siguientes llegando mermado a la muleta. Tomaba bien el primer muletazo pero en el segundo, se queda corto revolviéndose, impidiendo la labor de Rafaelillo que mató de una media y descabello. Ante el cuarto que también era complicado, Rafaelillo brilló toreando de capa. Con la muleta no pudo acoplarse porque que no era franco en su embestida, cortando el viaje con la cabeza alta. Mató de dos pinchazos y estocada. Manuel Escribano estuvo dispuesto toda la tarde pero tampoco pudo triunfar con su lote. Queda en el recuerdo sus inicios de faena de rodillas o a porta gayola, como también los tercios de banderillas en las que destacó sobre todo en los pares al quiebro y de dentro fuera. Pudo cortar trofeo con el tercero al que toreó por series de derechazos y naturales aprovechando la noble embestida. Pero mató de media estocada trasera, dejando en silencio su labor. El quinto embistió con galope de salida pero fue perdiendo fuerza durante la lidia. A la muleta llegó aplomado, sin mucho que hacer. Su labor fue silenciada.