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Toros

Roca Rey, una losa indestructible el día después

Sebastián Castella, Emilio de Justo y Ángel Tellez, que confirmaba alternativa, protagonizaron en Madrid una tarde de silencios con una deslucida corrida de Jandilla

Castella da un pase por la espalda
Castella da un pase por la espaldalarazon

Sebastián Castella, Emilio de Justo y Ángel Tellez, que confirmaba alternativa, protagonizaron en Madrid una tarde de silencios con una deslucida corrida de Jandilla

La sombra de Roca Rey 24 horas después era alargada. Se hablaba del ayer como si el hoy no existiera. Algo así. Se notaba en el ambiente. Más pesado, ausente, recalculando la dimensión de lo que habíamos visto la tarde anterior e intentando jerarquizarla. ¿A cuáles de las vividas era comparable? De manera casi unánime quedaba bien situada. Había dejado Andrés el listón tan alto que el resto del mundo se antojaba anodino. Incluido lo que pasaba en el ruedo. No ayudaba para ello la corrida de Jandilla, que se debatió en gran parte entre la sosería y la falta de clase en las telas. Íntegra con la divisa negra en señal de luto, por la reciente muerte de su hermano Fernando Domecq el pasado lunes. Y la tarde se nos fue así, despejando dudas de si vendrá Roca a su siguiente compromiso que, por cierto, aprieta la reventa con la misma intensidad que apretó Roca Rey el día anterior. O qué pasará con las tardes de Antonio Ferrera, que sigue en la memoria colectiva, en la preocupación colectiva, con un manto de ánimo para su pronta recuperación. Y ahí, entre el ánimo y el desanimo nos debatimos toda la tarde. Ya con el primero se dilató el festejo hasta el sinfín. Era la confirmación de alternativa de Ángel Tellez. Y quiso, pero más allá de la cesión de trastos, a la vuelta de la ceremonia, le esperaba un toro con doble ración de sosería y poca entrega en la muleta. Lo que viene siendo una mezcla nada explosiva. Se alargó el confirmante con el ánimo de confirmar su buena voluntad. Se la jugó en el quite después con el sexto y en el comienzo de faena desde el centro y de rodillas... Si no se quita estaríamos inmersos en la tragedia. A la movilidad del toro le faltó entrega y de ahí que en alguna ocasión los pitones del toro deambularan por la barriga incluso por la hombrera. Firme Tellez en una labor extensa.

Hubo un momento en el que pensamos que todo podía cambiar. Fue en el primer toro de Sebastián Castella y en los albores por el pitón diestro. Las primeras tandas. Ahí fluyó el toreo que se apagó como una llama en cuanto tomó el francés el pitón zurdo, más inexpresivo uno y otro y venido a menos ya el toro de Jandilla. Algo similar ocurrió con el cuarto, que tuvo franqueza y corta la duración. De la expectación pasamos a la indiferencia.

Tampoco lo tuvo fácil Emilio de Justo con un tercero de cero transmisión. Lo intentó, quiso, desdibujado en el temple y sin un atisbo de conexión con el tendido. El quinto, con el hierro de Vegahermosa, no pasó a mayores y detrás de la movilidad se escondía la falta de entrega. La tarde era densa, abajo y arriba. La sombra de Roca Rey el día anterior era una auténtica apisonadora.

Ficha del festejo:

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Las Ventas (Madrid). Décima de la Feria de San Isidro. Se lidiaron toros de la ganadería de Jandilla y uno, el 5º, de Vegahermosa, desiguales de hechuras. el 1º, sosote y sin entrega; 2º y 4º, noble y a menos; 3º, soso y de escasa transmisión; 5º y 6º, movilidad sin humillar en el engaño. Casi lleno en los tendidos.

Sebastián Castella, de lila y oro, estocada trasera, aviso (silencio); estocada corta trasera, aviso (silencio).

Emilio de Justo, de grana y oro, dos pinchazos, estocada (silencio); estocada (silencio).

Ángel Tellez, de tabaco y oro,que confirmaba la alternativa, pinchazo, estocada (silencio); estocada desprendida (silencio).