Toros

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Solitarias orejas para El Juli y Roca Rey en la primera de Pontevedra

El diestro Julián López "El Juli"en su primer toro de la tarde durante el primer festejo taurino de la feria de la Peregrina / Efe
El diestro Julián López "El Juli"en su primer toro de la tarde durante el primer festejo taurino de la feria de la Peregrina / Efelarazon

Ficha del festejo:

Toros de Alcurrucén, de correcta presentación y juego desigual. Destacó sobremanera el tercero, un toro encastado, con recorrido y mucha transmisión. Rebrincado y a la defensiva, el blando primero; noble pero de escaso recorrido, el segundo; con "carbón"pero a menos, el cuarto; sin clase, el rajado quinto; y bruto y sin clase, el sexto.

Julián López "El Juli", de caldera y oro: pinchazo hondo (silencio tras aviso); y estocada caída (oreja).

José María Manzanares, de grosella y oro: pinchazo, y estocada tendida y caída (ovación); y estocada arriba y descabello (ovación tras aviso).

Andrés Roca Rey, de blanco y plata: pinchazo, media y descabello (ovación tras aviso); y estocada baja (oreja).

La plaza registró casi tres cuartos de entrada en los tendidos.

Julián López "El Juli"y Andrés Roca Rey cortaron hoy una oreja cada uno en el festejo inaugural de la feria de la Peregrina de Pontevedra, una tarde en la que el propio peruano marró con la espada una gran faena al primero de su lote y en la que José María Manzanares, de puro trámite, se fue de vacío.

No arrancó bien la tarde, con un primer toro rebrincado y a la defensiva fruto de sus pocas fuerzas. El Juli llevó a cabo una técnica y esforzada faena por tratar de afianzarlo en los medios, y en la que, incluso, surgieron varias tandas bien hilvanadas por los dos pitones. Un pinchazo hondo fue suficiente para que el animal se echara. Frialdad de los tendidos, que silenciaron al madrileño.

El cuarto fue un toro con "carbón"que fue bien en la muleta de un enrazado Julián López, que arrancó una oreja merced a una faena poderosa y plena de recursos, rubricada de un contundente espadazo algo caído.

El primero de Manzanares fue un toro noble y repetidor, aun faltándole finales en sus embestidas. El alicantino lo pasó con cierta suavidad en una labor intermitente, de puro trámite, lineal y de poco ajuste, algo que hizo que los tendidos no acabaran de calentar lo suficiente. Estocada al segundo envite y ovación con saludos.

Al quinto le faltó clase y, sobre todo, casta, pues también acabó rajándose a las primeras de cambio. Manzanares anduvo más entonado en esta ocasión en tandas templadas y con cierto empaque sobre el pitón derecho. Agarró una buena estocada, pero tardó en caer el astado, teniendo que recurrir el alicantino al descabello. Saludó otra ovación desde el tercio.

Roca Rey se encargó de poner ambiente de frenesí ya en su primero, al que recibió con cadenciosas verónicas antes de instrumentar también un emocionante quite por chiuelinas con el compás abierto.

El toro fue extraordinario, pronto, codicioso, humillador y con muy buen tranco, y el peruano, que inició faena con dos cambiados por la espalda, se mostró muy sólido y asentado en una labor basada por el pitón derecho, por donde surgieron muletazos de largo trazo, encajados y por abajo.

Un final por luquecinas puso el coso pontevedrés patas abajo, pero la espada, su mala espada, le arrebató un triunfo que tenía prácticamente en la mano. La ovación que recibió fue de gala.

Sin embargo, sí consiguió la oreja del sexto, un toro sin clase, pegando cabezazos a diestro y siniestro, con el que Roca Rey volvió a estar muy suficiente en una labor notable sobre la zocata. Gran esfuerzo del peruano por no irse de vació de Pontevedra y, tras una estocada baja, logró el ansiado apéndice.