Toros

Valencia

Un retorno sin suerte

Emilio de Justo se llevó la única oreja de la tarde de la reaparición de Román, que regresaba a los ruedos en su tierra tras la terrible cornada de San Isidro.

Román da un pase de pecho en la tarde de su reaparición en Valencia
Román da un pase de pecho en la tarde de su reaparición en Valencialarazon

Emilio de Justo se llevó la única oreja de la tarde de la reaparición de Román, que regresaba a los ruedos en su tierra tras la terrible cornada de San Isidro.

Poco más de mes y medio necesitó Román para volver a torear tras la tan impresionante como gravísima cogida sufrida en Las Ventas. 48 días han bastado para que el rubio torero valenciano pasase de la tragedia al triunfo que significa volver a torear. Lo hizo en Valencia, en su tierra, donde se volcaron con él tras romperse el paseíllo, siendo galardonado por las peñas y ovacionado por el público que ocupó mas de la mitad del aforo. Luego no lo tuvo fácil. Su primero, cuya muerte brindó entre división de opiniones al Ministro de Fomento en funciones, manseó en varas y cortó en banderillas. Poco claro en el último tercio. Cada arrancada era una moneda al aire. Aún así porfió, terne y muy dispuesto, aguantando arreones y topetazos hasta sacar petróleo en una pelea tan sincera como valiente y extensa, sonando una aviso antes de coger la espada de verdad, sin que hubiese luego acierto estoqueador.

El sobrero que hizo cuarto fue un mastodonte de más de seiscientos kilos, manso en el caballo y tampoco sobrado de fuerza. Apretó hacia adentro en banderillas y puso en aprietos a Raúl Martí a la salida de los dos pares que le tocaron, teniendo la suerte de que Miguel Ángel García y Víctor Manuel Blázquez, el sobresaliente, hiciesen de ángel de la guarda con sendos quites providenciales. Luego al toraco le costó desplazar su inmensa masa corporal, haciendo inútil el esfuerzo de su matador por sacar algo en limpio en otro ejercicio de responsabilidad y paciencia que no tuvo recompensa.

Protestó en el peto el sexto y esperó en banderillas, embistiendo luego con mal estilo, repartiendo cabezazos y tomando la muleta a saltos. Pero no por ello renunció Román a nada, dándolo todo y fajándose a la desesperada pese a las nulas posibilidades de su antagonista.

Nunca es tarde si la dicha llega y pese a que el verduguillo le privó de tocar pelo ya con su primero, Emilio de Justo justificó la espera desde fallas para hacer su presentación en Valencia. Se hizo ovacionar al quitar con unas muy ceñidas verónicas y con la muleta estuvo serio y firme, con tanto empaque como sobriedad, apurando a un toro que colaboró mientras tuvo fuelle en una faena muy bien estructurada y con unas tandas de naturales tan sólidos como elegantes.

Sí que tiró sin puntilla al segundo, con el que se dobló por bajo al iniciar su trasteo, dejando claro quien mandaba en el ruedo. Pese a su poca fuerza, el de Montalvo embistió con nobleza y ritmo, toreando el extremeño con despaciosidad y largura, basando su quehacer en el toreo al natural y volviendo dejar constancia de su autoridad y seriedad, llevándose la primera oreja de la tarde.

No se empleó en el caballo el quinto, pero embistió con docilidad y obediencia, dejando claro De Justo que se encuentra en un gran momento de forma, conduciendo las embestidas de su oponente con muchísimo temple y vaciándolas siempre atrás. Fue una lástima que volviese a fallar a la hora de la verdad porque ahí perdió la puerta grande.

Ficha del festejo

Valencia. Tercera de feria. Más de media entrada. Toros de Montalvo,el cuarto corrido como sobrero, bien presentados y de poco juego, siendo el mejor el primero.

Emilio de Justo, de negro y oro, estocada y nueve descabellos, dos avisos (palmas); entera (oreja); tres pinchazos y estocada (vuelta al ruedo).

Román, de azul rey y oro, aviso, dos pinchazos, aviso y tres descabellos (palmas); estocada (silencio); tres pinchazos y dos descabellos, (silencio).