Ferias taurinas

Un triunfo en do menor

Varea salda con un éxito contable su actuación en solitario en La Magdalena

Natural de Varea en su encerrona en la primera de la Feria de Castellón
Natural de Varea en su encerrona en la primera de la Feria de Castellónlarazon

Castellón, 28 de febrero. Primera de feria.

Casi lleno. Se lidiaron tres novillos de Fuente Ymbro, primero, cuarto y sexto, desiguales de presencia -más serios los deGallardo, más feos y bastos los otros-, pero en conjunto nobles y manejables, destacando el corrido en quinto lugar, de El Parralejo, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Varea,que actuó como único espada, de crema y azabache, entera, dos descabellos, aviso, oreja; pinchazo y cuatro descabellos, aviso, ovación; siete pinchazos, aviso, silencio; entera, oreja; entera, dos orejas; pinchazo y estocada, aviso, ovación.

De las cuadrillas destacaron Raúl Martí, Alfonso Carrasco, Fernando José Plaza y El Puchano.

Pese a que la nieve se veía a lo lejos -¿saben que la de Castellón es la provincia más montañosa de España- el único blanco que apareció en una plaza casi llena fue el de los pañuelos que pidieron, y consiguieron, trofeos para Jonathan Blázquez, Varea en los carteles, que abría la feria de La Magdalena matando en solitario seis novillos.

Y aunque hubo clamor en los tendidos, no dio el diestro el do de pecho que requería la ocasión, buscando más el resultado contable que la

contundencia de su actuación. Fue el suyo un triunfo, legítimo y sudado, claro, pero en do menor.

Un triunfo que encarriló ya con su primero con el que dejó claras sus intenciones al recibirle con un farol de rodillas. Se dobló por bajo para someter a un novillo sin gran fijeza y, en una faena excesivamente larga, toreó con parsimonia, profundidad y gusto,

tirando de su oponente cuando a éste le falló el fuelle.

También se lució al recibir de capa al primero de El Parralejo, haciéndose ovacionar al quitar por chicuelinas. Muleteó ahora más despegado y perdió la oreja al pinchar tras otro trasteo larguísimo e intermitente en el que hubo más entrega que fondo.

La emoción en el tercero la puso un monosabio que aguantó él solo al novillo frente a un desarmado picador y que se llevó un puntazo intentando defender al caballo. Luego Varea se perdió en otra faena larga y desdibujada a un utrero que tampoco dijo nada y al que mató muy mal.

No se aclaró con el cuarto un novillo que se fue arriba en banderillas y con el que dejó un quehacer muy rápido y a menos, llevándose su segunda oreja y abriendo ya la puerta grande por lo eficaz de la

estocada.

También otro formidable estoconazo al quinto le valió aumentar su cosecha orejil, rubricando así una faena también irregular a un novillo repetidor y con celo siendo lo mejor de este turno la tanda en

redondo y de rodillas con que la inició.

Con todo ya hecho y conseguido con el sexto, al que le costó parar y fijar, no hubo acople, aunque de haber doblado el animal aún podría haber aumentado su balance.