Toros
Una solitaria ovación en la nocturna de Las Ventas
Pobre balance de la novillada que cerró hoy la fase clasificatoria del ciclo «Cénate Las Ventas», en la que se juntaron el escaso bagaje de los novilleros con la falta de raza de los «murubes» de Castillejo de Huebra
Cristian Pérez no le acabó de coger el aire a su primero, que, pese a su escasez de fondo, no tuvo mal aire por el izquierdo, pues por el otro viajaba siempre con la cara natural, sin entregarse. El de Hellín acumuló pases a lo largo de una labor excesivamente larga -le sonaron un aviso y todavía le quedaban las manoletinas y entrar a matar- y de poco contenido. Quizás alguno por el izquierdo tuvo su aquel, pero sin unidad. Desquitado ya de la presión de abrir plaza, Pérez recibió al cuarto con dos faroles de rodillas y otros tantos lances a la verónica de buen aire. Luego al novillo le faltó clase, con la cara suelta, quedándose corto, rebañando... El albaceteño anduvo muy dispuesto en una labor más enfibrada que la anterior, pero, igualmente, de escaso eco en los tendidos.
Cristóbal Reyes saludó a su primero a portagayola, resuelta a toda velocidad y echando cuerpo a tierra. La congoja del debut. Y la bisoñez. Quedó demostrado sobre todo con las banderillas, un tercio que pudo haber protagonizado perfectamente cualquier rejoneador de tercera, con un par, incluso, en la penca del rabo, algo que define muy bien cómo fue el tercio. Pero todavía quedaba la voltereta, que llegó en los primeros compases de la faena a un novillo manso, que embestía a oleadas y que buscaba insistentemente las tablas. En uno de los pases a derechas salió por los aires, cayendo de forma muy fea. Milagrosamente se repuso, a la postre lo único y más positivo de su actuación. En el quinto rehusó de poner los palos. Buena decisión. Y también se le vio más asentado ante un animal que se movía de aquí para allá pero sin decir nada, lo que hizo que aquello transcurriera entre el más absoluto desinterés.
Dorian Canton anduvo templadito y aseado con un primero de su lote que, a pesar del buen fondo que apuntaba, estuvo muy limitado por su absoluta falta de raza, lo que propició que la faena del francés pasara inadvertida a pesar de no haber estado mal con él.El sexto fue el novillo que más se dejó, y aquí se vio mejor las formas que atesora este joven galo, el sentido del temple que posee en las tandas le ligó por los dos pitones. Y es que hubo algunos de muy buena firma. Pero tal y como estaba ya la noche de cuesta arriba, era difícil remontar. Saludó la única ovación de la noche. EFE
Ficha del festejo:
Cinco novillos de Castillejo de Huebra y uno -el segundo- de José Manuel Sánchez, muy bien presentados, serios y con cuajo. Noble, con poquita raza pero dejándose por el izquierdo, el primero; manso y áspero, el segundo; sin raza alguna, tercero y quinto; bruto y sin clase, el cuarto; y bueno, el sexto.
Cristian Pérez, de nazareno y oro: estocada muy trasera y ligeramente tendida, y dos descabellos (silencio tras aviso); dos pinchazos y estocada y tres descabellos (silencio tras dos avisos).
Cristóbal Reyes, de grana y oro: bajonazo (silencio); pinchazo, medio bajonazo pescuecero y descabello (silencio tras aviso).
Dorian Canton, de azul noche y oro: cinco pinchazos y estocada desprendida de efecto fulminante (silencio tras aviso); pinchazo, y estocada trasera y caída (ovación).
En la enfermería fue atendido Cristóbal Reyes de: «puntazo corrido en zona perianal derecha y contusiones leves. Pronóstico leve».La plaza registró más de un cuarto de entrada (7.379 espectadores según la empresa) en tarde-noche de calor soportable.
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