Presentación
Urdiales: «El toro me avisó pero entré derecho a matar y me cogió»
El riojano se recupera en el Hospital Santa Bárbara de Soria de la cornada recibida ayer por un toro de Adolfo Martín
Cornada de diez centímetros en la ingle, dos costillas rotas y un corte importante en el labio superior. Una paliza. Diego Urdiales se recupera en el Hospital Santa Bárbara de Soria de las heridas que le causó ayer el primer ejemplar de Adolfo Martín. Un tío. «El toro fue muy exigente, hice un gran esfuerzo y me avisó por el lado derecho de que podía cogerme; pero me fui igual muy derecho a matar y me cogió», recuerda Urdiales desde la cama del hospital.
Casi no puede ni hablar, ya que la inflamación de la cara y la nariz es considerable; pero, como en la plaza, hace el esfuerzo: «Llevo la boca cosida por dentro y me encuentro bastante molesto y con dolores; he pasado muy mala noche a pesar de los calmantes, que alivian un poco las molestias», confiesa.
Las primeras horas tras la cogida no son fáciles. Y menos cuando, al llegar al centro hospitalario, a uno le intervienen por segunda vez: «El toro me pegó la cornada en la ingle y me operaron en la misma plaza; pero ya en el hospital, el médico había visto la cogida por televisión y prefirió volverme a operar», explica.
Además de pasar por el quirófano, a Diego Urdiales le realizaron un estudio radiológico, que deben confirmar cuando disminuya la inflamación pero, de momento, sirvió para ver que el toro le había «desencajado un poco la mandíbula» y casi asegurar que «dos costillas de la parte izquierda están rotas», algo que le dificulta, además, la respiración.
El riojano ya sabe lo que es partirse la zona costal: «Hace tiempo me rompí ocho o diez costillas y algunas coinciden en esta ocasión, por eso es complicado asegurarlo al cien por cien, pero el radiólogo dice que dos de ellas pueden estar fracturadas», aclara.
La recuperación requerirá unos 20 ó 25 días, «si no existe ninguna complicación». «La cornada no ha afectado a ninguna arteria ni vaso importante», explica Urdiales. Sin embargo, la recuperación de las costillas es «algo más costoso» y, la inflamación de la cara irá «descendiendo hasta desaparecer», describe.
El tiempo será quien pondrá los plazos de la mejoría física; la mental es asunto del torero. Y Urdiales se encuentra «animado, con muchas ganas de volver y de que salga un toro que embista y pueda disfrutar». Pero este último deseo está en manos de la suerte.
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