Ventura, pionero en La Maestranza

No ha transcurrido ni un año. Diego Ventura tiraba en agosto de épica en Huelva, Colombinas mediante, para sacar adelante una encerrona con seis toros de distintos encastes que se le complicó a las primeras de cambio. En el primer garapuyo, «Galán» perdió pie y el toro de Pereda hería a ambos. Corneado el caballo, herido en el hombro su jinete. Una luxación le obligó a pasar por la enfermería. Infiltrado, regresó cual ave fénix para cortar tres orejas y zanjar su heróica gesta. Pues bien, este año, Ventura quiso arriesgar con gesto. En invierno, lanzó el órdago: seis toros en La Maestranza. En plena Feria de Abril. Nadie hasta la fecha ha hecho cumbre a semejante Everest. Al rejoneador le aguardan seis «murubes» de Fermín Bohórquez en pos de su octava Puerta del Príncipe. Sin embargo, el de La Puebla masculla otro objetivo: «Quiero cortar un rabo en Sevilla».

Tarde de esas que definen una carrera. La dimensionan. Por ello, Ventura cree que es el momento idóneo de sacar de nuevo de la chistera a un viejo amigo. Dos años después de su última actuación, «Morante» volverá a la cara del toro. O mejor dicho, volverá a morder a los toros. Literal. Y es que precisamente esa virtud distingue al tordo, una de las estrellas de la cuadra del rejoneador. Junto a «Morante», otros veinte caballos más, estarán preparados en La Maestranza a la espera de ser llamados a filas. Entre ellos, ya no estará «Califa». Otro buque insignia. Fallecido la pasada semana, Ventura tendrá que apostar por alguna de sus novedades en el último tercio, hasta ahora coto privado para el equino castaño.