Palma del Río

«Vine a Madrid sin nada, trabajando de albañil, y Madrid me dio todo»

El Cordobés cuelga el cartel de «No hay billetes» en su homenaje en Las Ventas

El Cordobés, junto al azulejo descubierto en su honor en los bajos del coso de Las Ventas
El Cordobés, junto al azulejo descubierto en su honor en los bajos del coso de Las Ventaslarazon

El penúltimo «Lleno de No hay billetes». Manuel Benítez «El Cordobés» recibió ayer un baño de multitudes en las entrañas de la plaza de toros de Las Ventas, donde se descorrió un azulejo que conmemora su confirmación de alternativa, fecha que marcó un hito en la historia de la Tauromaquia y de España. Cincuenta años se cumplían ayer de tal efeméride. Madrid se volcó una vez más con el V Califa del toreo y abarrotó la Sala Bienvenida del coso venteño, cuyo ruedo pisó de nuevo durante unos segundos el diestro, que merodea ya los 80 años, a pesar de los clásicos alardes que no faltaron tampoco en el homenaje de ayer.

«Me siento muy orgulloso de recibir este homenaje, porque aquí en Madrid, me siento como en casa, vine aquí sin nada, trabajando como albañil en la Cruz de los Caídos, y los madrileños me han demostrado siempre su cariño y este azulejo no es sólo mío, es una placa de todos los toreros, de los ganaderos, banderilleros, empresarios... Sin ellos, no habría sido posible», explicó emocionado, junto al presidente de la Comunidad, Ignacio González, tras compartir ovaciones con su padrino de confirmación aquella tarde, Pedrés.

Además, el diestro, que bromeó afirmando que pretende «vivir otros dos mil años más y que esperen los otros cuatro Califas tranquilamente ahí arriba», recordó «aquellas noches cuando iba a torear a la luz de la luna a las fincas de las ganaderías como la de Félix Romero, en Palma del Río».

«He vivido mucho, me acuerdo de las veces que salté a esta misma plaza de Las Ventas como espontáneo para reivindicarme y de las veces que estuve en la cárcel tanto en Madrid como en Córdoba», echó la mirada atrás, acordándose también de su padrino de alternativa, Antonio Bienvenida, cuyo nieto, Gonzalo, fue el impulsor del homenaje celebrado ayer. «Antonio era una figura de época, un torerazo, que tiene ahí fuera un monumento muy merecido», alabó.

Precisamente, Gonzalo Bienvenida tomó la palabra antes que el V Califa para «agradecer a la Comunidad que haya atendido esta humilde pero justísima petición». «Es un honor estar aquí y dedicarle unas palabras al maestro desde la admiración y el cariño que mi familia siempre la ha profesado», confesó.

«El respeto siempre ha sido la base para hablar de cualquier torero y Manuel Benítez desde el primer momento ha representado valores muy positivos para la Fiesta y para cualquier persona como el valor, el orgullo, la garra y ese constante afán de lucha que debe tener el ser humano para crecer», comparó satisfecho.

Por su parte, Ignacio González cerró «un acto entrañable y un homenaje extraordinario». «Como ha demostrado durante toda la mañana, Manuel Benítez es genio y figura, a sus casi 80 años, sigue estando en su salsa en cada una de sus apariciones públicas», explicó sobre un diestro que «cortó una oreja en Las Ventas sin llegar a matar el toro de su confirmación porque le había herido antes».

«Esa confirmación fue un referente para la sociedad española, a través de un icono de la sociedad española de la década de los Sesenta, la Fiesta estuvo presente en millones de hogares de este país aquella tarde, en la que además de los 26.000 espectadores de Las Ventas, otros millones de televidentes contemplaron a través de los televisores de las tiendas de electrodomésticos las faenas de El Cordobés», concluyó.