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Toros

Vuelta de Juanito en la espera a Morante

El novillero luso destacó en el encierro de Talavante

Juanito impartiendo un derechazo / Pagés
Juanito impartiendo un derechazo / Pagéslarazon

San Miguel llegó incendiado a Sevilla. Los ladrillos de los tendidos de La Maestranza aún quemaban cuando se arrastró la tarde en el sexto. El mercurio no se correspondió con la temperatura de un público que tenía la atención dividida entre la primera del bombo de Madrid y la espera –larga espera- a Morante de la Puebla. Talavante hizo doblete: paseíllo en Las Ventas y ganadero a distancia en Sevilla. Uno puede preguntarse si no es pedir demasiado (Sabina dixit) triunfar a la vez como torero y como ganadero. En Sevilla la cosa no funcionó o funcionó sólo a medias. Los seis que saltaron a la Maestranza ni se comieron a nadie ni encandilaron a nadie: ni chicha ni limoná. El que estuvo más cerca del triunfo fue Juan Silva “Juanito”. El aplomo, la inteligencia, el buen trazo en el cite adornan al diestro luso. Los ayudados por bajo en el quinto con una rodilla en tierra tuvieron sabor ordoñista. Lo mejor llegó con la mano diestra. Tiró de la muleta encajado, exprimiendo una embestida que se evaporó –igual que ocurrió con el resto de sus “hermanos”- con la misma rapidez que se evaporaba el agua sobre los ladrillos en esta tarde de ferragosto. Las bernadinas en las profundidades de las tablas, sin un milímetro de espacio entre las astas y las taleguillas –por fin el público entregado- pusieron la faena a la temperatura de una oreja que se quedó en vuelta al ruedo por la fallo a espadas. El mismo aplomo demostró “Juanito” en el segundo al que sí amarró con una estocada certera.

El astigitano Ángel Jiménez saludó a portagayola a su primero para ratificar el buen ambiente que dejó en la corrida del Corpus, en la que se lanzó a matar sin muleta a uno de los del Parralejo al más puro estilo Galán. Ayer, sin embargo, recordó en algunos momentos el aire currista (de Curro Díaz): empaque, la mano muerta que no torea. Y quizá la virtud y el pecado fuera precisamente el mismo: el celo excesivo en componer la figura, mirándose más a sí mismo que a la embestida de un toro, el cuarto, que fue junto al quinto el más potable de la corrida. Con la derecha encendió la mecha y con la izquierda no acabó de avivarla.

Menos suerte tuvo Francisco de Manuel, con un tercer toro que salió con un tranco de bandera y que se quedó sin gasolina. En el último ni tuvo posiblidades ni el público estaba por la labor. El público estaba metido en la vigilia de la espera. Mañana torea Morante... y Roca Rey.

Plaza de toros de la Real Mestranza de Sevilla. 21 de abono.

Más de media entrada

Se lidiaron novillos de Talavante. Correctos de presentación, justos de fuerza y con escasa transmisión.

Ángel Jiménez. Blanco y oro. Estocada (Palmas); pinchazo y descabello (Ovación)

Juan Silva «Juanito». Purísima y oro. Estocada (Ovación); Pinchazo y estocada ( Vuelta).

Francisco de Manuel. Verde lima y oro. Pinchazo y estocada (Silencio); estocada (Silencio).