Feria de San Fermín
Zambombazo, antes del chupinazo, del mexicano Luis David Adame
Horas antes de que el chupinazo haga estallar la fiesta en Pamplona, el novillero mexicano Luis David Adame ya dio todo un zambombazo, con tres orejas y salida a hombros, en el festejo que hoy abrió el abono de San Fermín y donde también brilló el navarro Javier Marín.
Horas antes de que el chupinazo haga estallar la fiesta en Pamplona, el novillero mexicano Luis David Adame ya dio todo un zambombazo, con tres orejas y salida a hombros, en el festejo que abrió el abono de San Fermín y donde también brilló el navarro Javier Marín.
Seis novillos de El Parralejo, muy dispares de presencia, hechuras y pelos, así como también de juego, pues los hubo desrazados, manejables y otros bravos y de gran clase, como el tercero.
Javier Marín, de negro y oro: pinchazo y media estocada tendida (vuelta al ruedo tras petición de oreja y aviso); estocada trasera atravesada (oreja tras aviso).
Luis David Adame, de grana y oro: estocada trasera (oreja); estocada desprendida (dos orejas). Salió en hombros por la puerta del encierro.
Andy Younes, de lila y oro: pinchazo, estocada y cuatro descabellos (silencio); cinco pinchazos y dos descabellos (silencio tras aviso).
Primer festejo del abono de San Fermín. La plaza se cubrió en algo menos de los tres cuartos de su aforo.
La tradicional novillada que abre los Sanfermines en la víspera del esperado chupinazo arrojó dos muy buenas noticias: el triunfo rotundo del mexicano Luis David Adame, totalmente recuperado de la grave cornada que sufrió en San Isidro, y la confirmación de la pureza y la calidad del navarro Javier Marín, que también triunfó recientemente en Madrid.
El más sonoro de los dos hechos noticiables fue el corte de tres orejas por parte de Adame, que le valió para protagonizar la primera salida a hombros de la feria después de hacer un alarde de sobrado oficio y de una tremenda seguridad ante su lote de El Parralejo.
Ninguno de esos dos utreros con que se enfrentó el mexicano fue de claro triunfo, pero aun así se impuso a ambos con una asombrosa suficiencia, con valor natural y con una amplia gama de recursos, inusuales para su escaso rodaje profesional.
Como si fuera un matador de toros muy placeado, el de Aguascalientes le sacó partido a su descastado primero a base de temple y de asiento hasta que el utrero se rajó, sin que por ello él cejara en el empeño hasta cortar la primera oreja de la tarde-noche.
El quinto fue un novillote noble pero de escaso celo al que Adame aplicó la estrategia más acertada: ligarle los muletazos sin exigirle demasiada entrega, prolongando así la faena más de lo esperado y rematándola con ajustados adornos y una contundente estocada cobrada en la suerte de recibir.
Hubiera sido justo que en la salida a hombros le acompañara Javier Marín, un novillero de Cintruénigo que ha toreado muy poco a lo largo de varias temporadas en el escalafón menor.
Pero al paso de los años el navarro ha conseguido desarrollar un toreo de mucha calidad que brilló especialmente hoy en la gran feria de su tierra, y que si se premió con una sola oreja fue sólo porque la presidencia no quiso atender la petición de otra en su primero.
Pero la evidencia es que tanto a ese que abrió plaza, que tuvo clase pero poca fuerza, como al cuarto, un utrero amoruchado de hechuras y de comportamiento, Marín los toreó con la misma pureza y naturalidad.
La suavidad y la precisión con que manejó la muleta le ayudaron a cuajar bellos y pausados pases al bueno, todos con una honda expresión y con mucho ajuste, pero también a mejorar, asentar y atemperar las desclasadas embestidas del malo, al que le hizo una faena creciente en intensidad y trazo en cada serie.
Mientras tanto, el francés Andy Younes no llegó a aprovechar las muchas bondades del tercero, un precioso novillo jabonero que fue sin duda el mejor del encierro por su calidad y bravura.
El afán del galo por meterse en la corta distancia para hacer un toreo heterodoxo le impidió cuajar como merecía a ese gran novillo de El Parralejo, pero también manejarse con mayor soltura con el sexto, el más serio de los seis, con el que volvió a fallar con los aceros.
Efe.
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