Entrevista

"El contribuyente desconfía del uso que se hace de sus impuestos"

Ana de la Herrán, presidenta de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), defiende un funcionariado profesional e independiente

Ana de la Herrán
Ana de la HerránArchivo

Ana de la Herrán es, desde el pasado mes de febrero, la presidenta de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE). En una nueva cúpula eminentemente femenina, ya que está flanqueada por tres vicepresidentas. Perteneciente al Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado, es vocal del Instituto de Estudios Fiscales (IEF) del Ministerio de Hacienda. Licenciada en Derecho, confiesa que eligió ser funcionaria porque le gustaba la materia, pero también por la facilidad para conciliar. Sin embargo, una vez que aprobó la oposición descubrió un trabajo de lo más variado con un amplio abanico de posibilidades.

¿Qué balance hace de sus primeros meses al frente de la IHE?

Han sido meses muy intensos porque hemos continuado las acciones emprendidas por la anterior junta en materia de defensa del funcionario. Al haber convocado elecciones, se ha paralizado un proyecto como era la Ley de Función pública, muy alarmante en su contenido.

¿Por qué estaban en contra?

Porque, bajo el paraguas de la modernización, se planteaba un proyecto que simplificaba, rebajaba y politizaba la función pública. La norma estaba en línea con lo que estábamos viendo que se estaba haciendo con toda la función pública: romper el modelo actual e instalar uno nuevo que nada tendría que ver con el anterior. Y eso lo iban a sufrir los ciudadanos.

¿Por qué consideran que se están rebajando las exigencias a la hora de acceder a los puestos de funcionariado?

Si por algo se distingue la función pública española es por la preparación, objetividad y anonimato de quien hace una oposición, algo que peligra con el acuerdo sobre promoción interna entre algunos sindicatos y el Gobierno. El proyecto piloto que han implementado es vergonzoso. La función pública no es un juego, es algo muy serio.

¿Y cuál cree que es la finalidad de esta medida?

Habría que preguntárselo al Gobierno, pero hay que pensar que un funcionario poco preparado es manipulable y comete más errores.

Desde la asociación también advertían de la Disposición Adicional VII del Anteproyecto de Ley de Función Pública...

Es muy grave que el Ejecutivo se arrogue una facultad del legislativo para crear, modificar o suprimir cuerpos y escalas de la Administración. Esto sólo puede hacerse por Ley.

¿Han trasladado al Gobierno sus inquietudes?

Nosotros hemos intentado, sin éxito, que se nos escuche. Hay una total falta de transparencia y ausencia de diálogo democrático en las decisiones que se están tomando.

¿Qué otras reivindicaciones han puesto encima de la mesa?

Junto a lo anterior, hemos solicitado la convocatoria de concursos de movilidad, que llevan años esperándose, y un desarrollo adecuado de la carrera administrativa, además de la aprobación de una vez del estatuto de la AEAT, que otorgaría más independencia y autonomía a este órgano.

¿Es complejo el sistema tributario español?

Sí, y esa complejidad no sólo deriva del cúmulo de normas existentes, sino también de la falta de seguridad jurídica que provoca la deficiente técnica legislativa que se emplea en la redacción de textos.

¿Por qué en España hay tan poca conciencia fiscal?

Creo que la razón principal es la que se refiere a que el contribuyente desconfía del uso que se hace de sus impuestos.

¿Y cómo se podría mejorar esta percepción?

Lo primero es la ejemplaridad en el uso del dinero público. De lo contrario, no podemos pedir mayor conciencia fiscal a los ciudadanos. Por otra parte, resulta fundamental trabajar en el ámbito de la educación cívico-tributaria, creando campañas de concienciación en los colegios, universidades...

¿Cuenta la Agencia Tributaria con suficientes medios para luchar contra el fraude?

La Agencia Tributaria tiene unos medios magníficos, con un alto nivel de digitalización. Es puntera y está muy preparada para luchar contra el fraude. Pero, además, si se trata de reducir el incumplimiento, que no siempre es fraude, podemos decir que la AEAT tiene unos medios muy potentes que está utilizando en el ámbito de la prevención.

Pero también habrá cosas que se pueden mejorar...

Por supuesto. En materia de distribución de recursos humanos, algunas áreas están más saturadas que otras y, en materia de distribución de cargas de trabajo, desde IHE planteamos la posibilidad de llevar a cabo algunos cambios como podría ser crear un único departamento de control que abarcara a grandes y pequeños contribuyentes. Otra de nuestras propuestas consiste en que el director de la AEAT lo elija el Parlamento, y no dependa del gobierno de turno.

¿Por qué los inspectores de Hacienda dan tanto miedo?

Por desconocimiento. Se asocian a la comprobación coactiva y el inspector realiza muchas otras actividades que implican una labor tan importante para un país como es el hecho de recaudar para sostener un gasto público con el que se mantiene nuestro estado de bienestar.

¿Qué porcentaje de la inspección son mujeres?

Aproximadamente el 60%. Un dato muy relevante es que, en las últimas tres promociones, de 301 inspectores, 172 (57%) fueron féminas.

¿Por qué eligió ser inspectora de Hacienda?

Porque me gustaba la materia y porque en la Administración se puede conciliar mejor que en el ámbito privado. Además, el trabajo es de lo más variado: no sólo están las áreas funcionales de la AEAT típicas (inspección, gestión, recaudación o aduanas ), también otros puestos como el IEF, los tribunales económico-administrativos o en la Dirección General de Tributos, e incluso en el extranjero.